El viernes 13 Mayo se realizó la sexta vigilia de los Discípulos, donde se contó con la presencia especial del Señor Obispo Silva, el cual comenzó la vigilia con todos los jóvenes cantando y saltando a pura alegría.
Luego el Obispo pidió que se acercaran al frente aquellos jóvenes que estaban pasando por algún problema, principalmente con los padres y en la familia. Y realizo una oración especial de liberación para poder ayudarlos.
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza (1° Timoteo 2:6).
Sobre esta palabra el obispo explico a los jóvenes la importancia de ser ejemplo en todo para poder ser un testimonio a los demás. Explico que tenemos que tener nuestra mente puesta en las cosas de Dios, ocupar nuestro tiempo en la lectura, la exhortación y la enseñanza en la palabra de Dios para poder ser ejemplo de los creen. Dios nos eligió para hacer la diferencia, cumplir las metas que nos proponemos.
Luego invito a realizar una oración a todos aquellos que querían entregar sus vidas a Dios haciendo un Pacto con el, naciendo de nuevo, fortaleciéndose para comenzar una nueva vida con fuerzas renovadas.
En seguida el Pr Fábio Damaceno dio continuidad a la vigilia donde se presentó Karina Benítez y su banda trayendo más canciones a la madrugada ya de sábado, también conto una buena noticia que por primera vez nuestra vigilia de la Fuerza Joven se estaba transmitiendo por videoconferencia a todas las provincias del país… pero aun no terminaba, si no que tenía reservaba una sorpresa para quienes tienen el sueño de cantar, dando una tercera oportunidad para aquellos que quieren participar de la final del Casting de voces, con una tercera selección del cual se elegirá solo uno para sumarse a los 10 finalistas.
Luego se proyecto la película Derribando Gigantes, trataba acerca de un entrenador el cual vivía una vida fracasada ya que todo lo que hacía le salía mal, su equipo siempre perdía y en su vida personal también todo iba mal. El comienza a perder la esperanza en su batalla contra el miedo y el fracaso. Sin embargo, un inesperado reto lo ayuda a encontrar un propósito mayor al de la victoria.
Atreviéndose a lo imposible, y confiando en Dios, el entrenador y su equipo descubren como la fe “juega” dentro y fuera de la cancha.
Después que el entrenador decidió confiar en Dios, empezó a ver los resultados de su confianza en todo lo que emprendía, y desde ese momento empezó a triunfar.
La vigilia finalizo con la oración de la Cadena del Bien, donde todos los presentes se tomaran de las manos y realizaron la oración para que cada uno tenga ese mismo espíritu que tuvo aquel entrenador, que a partir de que empezó a confiar en Dios su vida fue transformada.
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