La Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) divulgó el descubrimiento de una gran cantera del tiempo en que Jesús estaba en persona entre el pueblo, época del Segundo Templo de Jerusalén.
En el lugar, la piedra era cortada en grandes bloques – algunos con más de 2 metros de longitud -, para la construcción de los imponentes edificios de Jerusalén.
Además del lecho de corte de rocas, se encontraron herramientas de más de 2 mil años, como cuñas, cinceles y picos – incluso una gran llave de puerta.
La cantera tiene más de mil metros cuadrados, en las cercanías de la parte norte de la Jerusalén moderna, en un área que la IAA llama la “ciudad de las canteras”, pues hay algunas otras ya descubiertas y estudiadas. La nueva llamó la atención por la extensión y el tamaño de los bloques extraídos.
La localización de la cantera, en un punto más elevado que la ciudad, facilitaba el transporte de los bloques ladera abajo – algunos con decenas y hasta cientos de toneladas. Un antiguo sendero de la época también puede verse cerca del lugar de recolección de rocas, usada para llevar el material hasta las construcciones con la ayuda de rodillos de madera y tracción animal.
Quizás, algunas piedras de allí llegaron a ser usados incluso en la gran reforma que Herodes hizo en el Templo.
La roca recolectada en la cantera se llama melekeh (“real”, “propio de la realeza”, en árabe), es del mismo tipo que la utilizada para hacer el Muro de los lamentos, semejante a las que la Iglesia Universal trajo directamente de Israel para revestir el Templo de Salomón, en San Pablo.