¿Cuántas son las personas que están perdidas en la vida? Encontrar el camino de regreso a casa puede ser fácil, lo difícil es andar por el camino estrecho que lleva a la Salvación del alma y también a la solución de todos los conflictos diarios.
Las puertas trabadas parecen ser un gran obstáculo por delante, sin fuerzas, no hay quién logre destrabarlas. Nadie entra, nadie sale. Hasta que se ose pensar un poco más y, al poner la mano en el picaporte y girar lentamente, entonces, verá que la puerta siempre estuvo abierta, sólo necesitaba que alguien se esforzara un poco más para entrar en el templo de las bendiciones y salir de una vida de problemas.
El pasado martes 21, el obispo Edir Macedo llevó a los internautas y oyentes, – quienes lo seguían por medio de IURD TV y de la emisora radial Red Aleluya– a reflexionar sobre la historia del rey Ezequías, quien durante su reinado hizo lo que era recto delante del Señor, despreciando las actitudes de su padre, Acaz, y valorando las enseñanzas de su madre, Abías, que servía a Dios fielmente.
“Ezequías reinó sobre Judá, la cual estaba quebrada, hundida en un caos social y político. El pueblo que vivía en esta ciudad era humillado, pues había perdido muchas batallas y los enemigos prevalecían. Ezequías usó la fe, orientó y dirigió al pueblo de Judá, realizando la restauración en ese país, comenzando por las puertas del templo.
Una vez que la persona tiene su fe dañada, con certeza, su vida – en todos los aspectos- comienza a ser maldecida. Cuando la fe está en alta, nosotros conquistamos, y cuando está en baja, fracasamos”, dijo el obispo.
El secreto de Ezequías fue abrir las puertas del templo y restaurar la casa de Dios: “Comenzó a reinar Ezequías a los veinticinco años de edad, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías, hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa del Señor y las reparó.” 2 Crónicas 29:1-3
“Ezequías promovió la fe de Abraham, restauró la casa del Señor, y arrancó toda inmundicia espiritual. Ese es el secreto para una vida próspera, así es que nosotros alcanzamos los beneficios de las promesas de Dios. Sin embargo, lo logramos a raíz de un compromiso, de una alianza que hacemos con Dios. Cuando dejamos esa alianza, relajándonos en la fe, nosotros somos maldecidos,” afirmó el obispo.
“¿Quiere abrir las puertas en su vida? Entonces concurra este domingo (al Cenáculo más cercano a su casa) a las 18 hs., vamos a realizar el bautismo en las aguas e, inmediatamente después, vamos a imponer las manos sobre todos los bautizados, para que reciban el Espíritu Santo.”