Según un estudio de la Universidad de Oxford de Inglaterra, nosotros tenemos una disposición natural a creer que existe la vida después de la muerte
Un estudio que tuvo una duración de 3 años, liderado por académicos de la Universidad de Oxford, constató que la creencia en Dios surge natural e instintivamente en la vida de los seres humanos. El proyecto incluyó a más de 50 investigadores, en 20 países alrededor del mundo, con base en disciplinas como la antropología, psicología y filosofía.
El profesor Roger Trigg, uno de los investigadores, declaró “acostumbramos a creer en algo que existe, aunque no logremos verlo. Esa manera de ver las cosas nos lleva a la construcción de una forma de pensar religiosa…”
El investigador recuerda que existen otros estudios que demuestran resultados semejantes, incluyendo los que afirman que hay una creencia generalizada de algún tipo de vida después de la muerte, además de una tendencia instintiva en creer que los fenómenos naturales suceden con algún propósito.
Creencias
De acuerdo con la investigación, los adultos acostumbran creer en la existencia de un ser invisible que actúa en todo el mundo. Se observó también que, para los niños, es mucho más fácil pensar en la Omnisciencia de Dios y entender, por eso, las limitaciones humanas.
En uno de los tests con niños, se cuestionó si sus madres sabrían cuál era el contenido de una caja cerrada. En gral., respondieron que sí. Mientras que los niños que superaban los 4 años dijeron “que sus madres podrían no saberlo pero que, seguramente Dios, que siempre sabe todo, sabía.”
Según Justin Barrett, que dirigió el proyecto, la fe puede subsistir en diversas culturas en todo el mundo, porque las personas que comparten sus creencias son más propensas a convivir y colaborar con la sociedad.