Quien se perdió el mensaje de fe del obispo Edir Macedo de este último viernes 5, transmitido por la IURD TV y por la Red Aleluya de radio, no puede entender lo que él dijo sobre lo que es vivir en el Lugar seguro, el Altar de Dios.
“Nosotros estamos hablando al respecto de la importancia de la ofrenda, como también del Altar, y esta relación entre los dos se refiere a la relación entre el alma y Dios. La ofrenda representa al ofrendante delante de Dios, y el Altar representa a Dios delante del ofrendante, conforme dice el Salmo 91.
‘El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.’
Cuando la persona está en el altar, habita al abrigo del Altísimo, descansa bajo la sombra del Omnipotente, hace del Señor su esperanza y su castillo, y el Dios en quien ha confiado.
No hay nada más seguro en esta vida que la muerte. Sin embargo, cuando tomamos la decisión de depositar toda nuestra vida en el Altar, no hay nada más seguro para nosotros que la Salvación de nuestra alma.
Para quien quiera ser salvo del infierno, para quien quiera garantizar su Salvación, para quien quiera habitar al abrigo del Altísimo, para quien quiera descansar bajo la sombra del Omnipotente, solo hay una manera: depositar toda su vida en el Altar.
Cuando la persona hace esto, estará segura, y cualquiera que sea su miedo, mientras se mantenga en el Altar a través de sus ofrendas, estará libre de los males que la afligen. Porque si existe un lugar en este mundo donde el mal no puede llegar ni actuar, es en la vida de los que están enteramente en el Altar de Dios.
‘Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con Sus plumas te cubrirá, y debajo de Sus alas estarás seguro; escudo y adarga es Su verdad.’ Salmos 91:3-4
Para los que están en el Altar hay seguridad, sosiego y Salvación, pero para los que están fuera de él hay peste destructora y caída, y no podemos hacer nada para librarlos. Todos tienen el derecho de elegir la vida eterna o la muerte eterna. Si su vida está depositada en el Altar, como forma de ofrenda, entonces tendrá la certeza de la Salvación. Y el abrigo del Señor, que es el Altar, va a guardar y proteger su vida y garantizar la eternidad”, dijo el obispo.