Un pedazo de una esfinge egipcia fue encontrado por investigadores arqueológicos de la Universidad Hebraica de Jerusalén en Tel Hazor, Norte de Israel. Los jeroglíficos en el fragmento hacen referencia al faraón Micerino, de la 4º dinastía (alrededor de 3,4 mil años a.C.), bajo cuyo gobierno fue construida una de las tres Grandes Pirámides de Guiza.
El fragmento tiene alrededor de 40 centímetros de altura y pesa alrededor de 40 kilos. Por las dimensiones de la parte encontrada (un pedazo de la base con los miembros delanteros de la estatua), el artefacto original habría pesado alrededor de 500 kilos, según los especialistas de la universidad israelita. Fue encontrado cerca de los almacenes del palacio de Tel Hazor.
La inscripción en la base de la estatua lleva a creer que su localización original era la ciudad de Heliópolis, al norte del actual El Cairo, la capital egipcia.
Los especialistas de la Universidad Hebraica alegan que la esfinge no fue llevada hacia Israel en la época de Micerino, pues no había relaciones entre los pueblos vecinos en aquella época. Para ellos, hay dos posibilidades: fue transportada durante el segundo milenio antes de Cristo (a.C.), durante la dinastía Hicsos, cuyos gobernantes tuvieron origen en Canaán, o entre los siglos XV y XIII a.C., época en que Egipto dominó el lugar – quizás un regalo de faraón a su representante que gobernaba Tel Hazor.
El arqueólogo Amnon Ben-Tor (foto al lado), uno de los líderes del equipo de arqueólogos, considera que el objeto fue destruido durante la reconquista de la ciudad: “No es solo en nuestra era que un pueblo se deshace de los símbolos de un gobierno que cayó, que destruye las estatuas relativas a él, como sucedió en Irak después de la caída de Saddam Hussein y en Rumania después de (Nicolae) Ceaucescu”.