Casa, hijos, vida profesional, matrimonio. Parece una ecuación sin equilibrio. Muchas cosas para realizar en 24 horas y diferentes atenciones.
El hecho es que las mujeres del nuevo siglo necesitan aprender solamente una cosa para no vivir estresadas: no hay cómo ser perfecta en todo. Eso mismo. La mujer necesita entender que no conseguirá hacer todo sin errores o en el momento adecuado. Es necesario que admita que no es omnipresente ni omnipotente.
Y no es solamente la mujer quien no logrará ser perfecta, eso vale también para los hombres, pues perfecto solo existe Uno: el Señor Jesús. Sin embargo, como es ella quien vivió esa gran transformación de la sociedad al conquistar también su espacio profesional, teniendo que sumar responsabilidad, el auto-reclamo muchas veces es inevitable.
Pero, ¿por qué sucede eso? Porque la mujer estaba acostumbrada con las tareas básicas del mundo femenino – que, digamos, ya es mucho -, como cuidar la casa, los hijos y estar lista para el marido cuando llegue del trabajo. Ella ya sabía cómo hacer eso de la mejor forma posible, ya conseguía administrar su tiempo. Entonces, el reclamo por ser perfecta también en la vida profesional fue automático.
Claro que no es imposible realizar todas esas tareas mezcladas en un único día, sin embargo, el reclamo de ser siempre sin errores hace que la mujer se estrese y se desequilibre, y eso puede incluso reflejar en la relación son sus hijos, marido y compañeros del trabajo.
Entonces, el secreto para conseguir hacer todo es entender que algo puede salirse de control, por mejor que sea la organización personal o por más equilibrada emocionalmente que sea la mujer.
Pero esa falta de control puede ser el lado bueno de la mujer maravilla, la madre maravilla y la profesional maravilla. Eso porque no se sentirá exigida por sí misma y logrará hacer todo de forma más leve e incluso alegre.
Entonces, si usted es una de esas mujeres que se exige ser una heroína, sepa que eso no es posible. Entonces que hay tiempo para todo, y que no hay problema en equivocarse, después de todo, usted es un ser humano como cualquiera.
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Lucas 16:13
[related_posts limit=”12″]