Seguir lo que los demás hacen, de cerca o de lejos – por medio de las redes sociales, por ejemplo – puede ser un buen ejercicio de convivencia y estímulo, o convertirse en un gran enemigo de la satisfacción personal.
Cuando el individuo cree que existen personas más felices, exitosas y capaces que él mismo y comienza a sentirse frustrado por querer estar en el lugar del otro, está siendo envidioso.
La envidia es una forma de perturbación. La persona no se mira más a sí misma, muchas veces, porque está huyendo de algo o porque está triste y sintiéndose solita. Entonces, pierde las oportunidades que van apareciendo en su vida y comienza a vivir de las realizaciones ajenas, como si estuviera mirando una novela de la cual también fuera posible participar.
“La envidia se caracteriza por ser un comportamiento de codicia de la vida ajena. Mientras la persona se dedica a observar lo que los demás hacen y producen, el tiempo pasa y ella deja de actuar. Por lo tanto, las situaciones positivas que podrían ocurrir en su propia vida pasan desapercibidas”, afirma la psicóloga Nathalí Di Martino Sabino, del Núcleo de Análisis Comportamentales de Campinas (Nacc).
El buen ejemplo
No existe envidia mala y envidia buena. Lo que existe en contrapunto a la envidia es la emulación, un sentimiento que lleva alguien a intentar igualarse o superar al otro, con competencia y brío, sin tener necesariamente que anularse o envidiar.
Personas felices y que obtuvieron el éxito en la vida deben servir de ejemplo, admiración y estímulo. Practique su mirada de admiración. Para eso, antes de ver en el otro el indicio de éxito y felicidad, vea sus propias cualidades y habilidades, y cómo pueden estas contribuir con la realización de sus objetivos.
“Es importante recurrir siempre al ejercicio del autoconocimiento. De ese modo, la persona entenderá porqué su vida se encuentra de una determinada manera. Luego, será posible actuar en favor de una mejoría de calidad de vida significativa y buscar la realización de sus sueños”, dice la psicóloga Josiane Lourenço, también del Nacc.
A veces, el camino que vamos a trazar puede no parecer tan fácil y feliz como el de otro, pero quien confía, sabe que cualquier desafío que aparece puede ser vencido con sabiduría.
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.” Proverbios 14:30