Para ser feliz en el matrimonio es preciso, necesariamente, tomar actitudes que contribuyan a ese objetivo. Vivimos en una época en la que los avances de la sociedad trajeron novedades para las relaciones y es necesario adaptarse. Un hombre necesita identificar dónde necesita comenzar a mejorar como persona, por ejemplo, dejar de ser grosero, darle más atención a su esposa, oír más y hablar menos.
Además, pequeñas acciones como lavar los platos, planchar su propia camisa y tender la cama pueden ayudar en ese sentido. Una investigación reciente, elaborada por la Universidad Umeå, en Suecia, afirma que esas actividades colaboran con la salud y, como consecuencia, con la vida en pareja.
Los investigadores siguieron de cerca la vida de 723 personas durante 26 años, y concluyeron que los que no compartían los quehaceres domésticos con su compañera tenían mayores problemas de salud. Ansiedad, nervosismo y dificultades de concentración eran algunos de los trastornos comunes señalados por el estudio.
Sin embargo, aquellos que aceptaban hacer la mitad de los servicios, se presentaban más tranquilos y felices. En la otra punta, las mujeres que no cuentan con la ayuda masculina se mostraron más vulnerables a las enfermedades. Según el estudio, las complicaciones son el resultado de los papeles asumidos por cada género dentro de la relación.
La solución para que la vida en pareja sea mejor es conversar y eliminar esas barreras. Lavar los platos, planchar la ropa y limpiar son acciones que, si se reparten, no sobrecargan al matrimonio. Al contrario, compartir las tareas domésticas puede ayudar en la relación de la pareja.
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