“Yo he buscado a Dios durante el ‘Ayuno de Daniel’, pero cada miércoles y cada domingo que voy a la Iglesia y no recibo el Espíritu Santo siento tristeza, pues parece que Dios no me está oyendo. ¿Qué debo hacer?”-Amiga
Respuesta:
Amiga, cuando uno se pone ansioso por algo, por ejemplo, por recibir el Espíritu Santo, existe en realidad desconfía de si Aquel que hizo la promesa va a cumplirla. Desconfía del poder de Dios y de Su participación en su vida.
Si usted le dijera algo verdadero a alguien y esa persona no creyera en usted, ¿cómo se sentiría? Ofendida, ¿no es verdad?
Entonces, cuando desconfía de lo que Dios dijo, usted Lo ofende.
Por eso, lea y medite en la Palabra de Dios, aplicando esa enseñanza en su propia vida (no en la de los demás), conservando y alimentando con alegría aquello que su Amigo (Dios) le mostrará.
(*) Respuesta extraída del blog de Viviane Freitas
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