“Y la semilla que cayó entre los espinos, éstos son los que han oído, y al continuar su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y su fruto no madura.” (Lucas 8:14)
El peligro al que nos enfrentamos después de acabar el Ayuno de Daniel es el de ser ahogados por las preocupaciones del mundo que enfrentamos todos los días. Así que vamos a continuar viviendo el espíritu de la fe, perseverancia y fidelidad al Señor.
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