“Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto y tentaron a Dios en la soledad.” (Salmos 106:14)
A pesar de que no es nada agradable, todos los hijos de Dios han pasado por desiertos. Están siempre murmurando y creyendo que fueron olvidados, sin embargo los desiertos son necesarios para que ellos puedan fortalecerse y tener condiciones para actuar como un ejército para la batalla espiritual. ¡Aprovechen las oportunidades!
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