¡Cambiar de año en la presencia de Dios es un privilegio! ¿A quién no le gustaría realizar sus sueños durante el nuevo año que se aproxima? Pasar el Año Nuevo con Dios es una oportunidad para presentarle a Él nuestros proyectos personales y nuestros objetivos profesionales, además de ser un momento de agradecimiento por todas las conquistas, bendiciones y libramientos que Dios realizó en nuestra vida.