Comienza un año más y, con este, una serie de preocupaciones relacionadas con las cuentas a pagar. Si no se administran de la mejor manera, pueden convertirse en grandes problemas. Todo el cuidado es poco para que no se vuelvan deudas largas o impagables. Pero ¿cómo proceder con el pago de la patente del auto, los gastos de su propiedad o las matrículas escolares de los hijos?
Para resolver esas situaciones es necesario tener visión y sabiduría. La recomendación es tener como prioridad el pago de las deudas antiguas, ya que estas, generalmente, tienen más intereses. Para quien pretende atrasar el pago de los gastos, el consejo es intentar renegociarlos o atrasar aquellos que acarreen menos problemas.
En el caso de los impuestos, la falta de pago trae innumerables problemas legales. Por eso, es preferible pagar esas cargas al contado. Si usted no tiene dinero para pagar ni la primera parte de la patente, por ejemplo, algunos bancos ofrecen crédito para el pago de esos impuestos. Pero siempre es bueno estar atento a los intereses.
En el caso de los gastos de la propiedad, el valor del impuesto depende de la ciudad donde está ubicado el inmueble. Al ser generalmente un valor pequeño, vale más la pena pagar en efectivo, aprovechando los descuentos. Y ya que el pago de la matrícula de la escuela del hijo no puede ser fraccionado, busque ganar en otra área. Opte por hacer la compra del material escolar en un mismo local, en el cual el pago puede hacerse en cuotas.
Visión y dirección
Es fácil entender que para no pasar aprietos, es necesario estar estructurado, previendo lo que pueda suceder. Haga una planificación: ahorre dinero a lo largo del año para que momentos así, no se repitan. Y tenga la dirección correcta para enfrentar las adversidades.
El obispo Jadson Santos, responsable del Congreso Empresarial en la Universal en São Paulo, afirma que para enfrentar esos y otros problemas es necesario tener la visión del águila. “Quien tiene la visión del águila no acepta morir dejándole deudas a los demás. El águila ve a lo lejos, lo que le da tiempo para planear y tomar las actitudes necesarias para enfrentar los problemas.”
Según el obispo, quien tiene la visión del águila no piensa con la cabeza de los demás. “Cuando la persona tiene la visión de un águila, se sumerge en todos los propósitos que hacemos. Tiene la visión de cosas grandes. Sin embargo, para tener esa visión, es necesario tener la fe de Abraham.”
Según el obispo, cuando la persona tiene la fe de Abraham, todo se puede levantar en su contra, pero la victoria llegará. “Nadie prevalece contra esa persona. Es como la flor que florece en el desierto, ya que acepta las propuestas de Dios. Si usted tiene una alianza con Dios, tiene que prosperar. Si usted tiene una alianza con Dios, tiene que vencer.”
Participe del Congreso Empresarial, todos los lunes, a las 8, 10, 16 y 20 hs. en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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