El herpes es una infección causada por el virus homónimo, el cual tiene la capacidad de quedarse de forma latente en el organismo durante años. Tras una primera infección, el virus permanece de forma inactiva en el cuerpo humano, y vuelve a multiplicarse y a causar enfermedad en determinadas situaciones. Afecta a más de un tercio de la población.
Existen dos tipos de virus herpes. En el tipo 1, la infección primaria se presenta a los 1-4 años, en forma de gingivostomatitis. Se transmite por contacto con saliva infectada.
El tipo 2 es raro que aparezca antes de la pubertad, ya que generalmente se transmite a través de las relaciones sexuales. Hay que prestar especial atención al herpes genital durante el parto, porque la infección puede transmitirse al bebé.
Los síntomas que se producen en un herpes son muy variables, desde cuadros muy leves y poco sintomáticos, hasta formas graves o incluso mortales. La lesión principal se presenta en forma de vesículas de pared muy fina, en una base rojiza y algo inflamada. Desde que se produce la infección hasta que aparecen las vesículas pueden transcurrir unos seis días.
Gingivostomatitis
Suele comenzar con fiebre, malestar general y dolor alrededor de la boca. Las vesículas herpéticas se pueden ver en el paladar, encías, labios o lengua. Si evolucionan pueden aparecer llagas abiertas. Además, se produce dolor al tragar, que puede derivar en deshidratación. Se acompaña también de una inflamación de los ganglios linfáticos situados debajo de la mandíbula. Tras 7-10 días, las lesiones curan sin dejar secuelas.
Infecciones de la piel
Es más común en niños y en adultos jóvenes. Los profesionales en contacto con secreciones como enfermeras, dentistas y médicos, constituyen una población de riesgo. Tras uno o dos días con una sensación de quemazón en las zonas infectadas, aparecen las vesículas, que suelen ser molestas y permanecen hasta dos semanas. En ocasiones se acompaña de fiebre.
Infecciones del ojo
Aparece por primera vez en niños en forma de conjuntivitis, con edema de párpados y vesículas. Se acompaña, además, de una adenopatía en la región anterior de la oreja. Es muy común también la afectación de la córnea.
Herpes genital
El herpes genital ocurre con mucha más frecuencia en la mujer; en ellas se afecta el cuello del útero. La infección normalmente es asintomática. Los episodios de repetición pueden ocasionar fusión de los labios vulvares y estrechamiento de la uretra. En el hombre, se observan vesículas en prepucio, glande, y pueden llegar incluso al escroto. Se acompaña de estreñimiento y retención urinaria. Las lesiones genitales suelen curar espontáneamente al cabo de 7-10 días.
¿Cómo diagnosticarlo?
En muchos casos, la clínica que origina esta infección ya es suficiente para establecer la sospecha. El diagnóstico definitivo del herpes se establece cuando se aísla y se demuestra la presencia del virus en el organismo, ya sea en las vesículas, en la sangre, o en cualquier secreción del cuerpo; para lo cual será necesario obtener muestras.
Tratamiento
Existe un fármaco muy eficaz para el tratamiento de la infección causada por el herpes, que es el aciclovir. Todas las formas clínicas se tratan igual, lo único que cambia es la forma de administración del medicamento y la duración del tratamiento. Los fármacos de segunda elección, en caso de no poder administrarse el aciclovir, son famciclovir o ganciclovir, que pertenecen al mismo grupo de fármacos.
“No detectaban el origen de mi enfermedad”
Los problemas espirituales no se pueden solucionar por otro medio que no sea el espiritual. Paola Medina se encontraba con su salud afectada por un herpes en la piel y si bien los médicos buscaban el origen de su enfermedad, no daban con un diagnóstico ni un tratamiento acertado. “Quería terminar con todo porque la enfermedad no me llevaba a ningún lado, llevaba meses tratándome con los mejores especialistas, probé tratamientos, medicamentos, cremas y nada funcionaba porque no había un diagnóstico certero”, recuerda. Además sufría con trastornos de sueño y del estado de ánimo que sumado a los problemas en su matrimonio la llevaron a pensar en suicidarse.
Necesitaba encontrar una salida para la situación en que se encontraba, necesitaba su liberación espiritual para ser sanada y tener una vida plena. Esto fue posible cuando Paola vio la programación de la Universal y tuvo la oportunidad de buscar la ayuda de Dios. En ese momento encontró el soporte espiritual que le posibilitó solucionar todos sus problemas. Participó de las reuniones con determinación, creyó y confió en el poder de Dios y logró ser libre de su sufrimiento. Su salud fue restablecida, Paola fue sanada completamente del herpes que afectaba su piel. Una vez que aprendió a usar su fe, luchó hasta que a través de su fe venció al insomnio y a la depresión. Hoy ella tiene una vida diferente, una vida saludable.
[fotos foto=”El Universal y Fuente: WebConsultas y El Universal”]
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