Comúnmente conocido como depresión, este padecimiento que puede ser transitorio o permanente es un trastorno que se caracteriza por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad. Provoca una incapacidad total o parcial que no permite disfrutar de las cosas y acontecimientos de la vida cotidiana. Los desórdenes depresivos suelen ir acompañados de ansiedad.
La tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o el trastorno del humor pueden afectar el rendimiento laboral y limitar la actividad vital habitual. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos negativos.
Desde la biopsiquiatría se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, solo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor.
Los principales tipos de depresión son:
• Trastorno depresivo mayor
• Trastorno distímico
• Trastorno afectivo estacional
• Depresión bipolar
El trastorno depresivo mayor y el distímico son las formas más comunes de depresión, el trastorno distímico es más crónico, con una tristeza persistente durante al menos dos años. El trastorno afectivo estacional tiene los mismos síntomas que el trastorno depresivo mayor, en lo que difiere es que se produce en una época del año, suele ser el invierno. La depresión bipolar es la fase depresiva de un trastorno llamado trastorno Bipolar.
Los síntomas de depresión abarcan:
• Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
• Pérdida de placer en actividades habituales.
• Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.
• Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
• Cansancio y falta de energía.
• Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
• Dificultad para concentrarse.
• Movimientos lentos o rápidos.
• Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
• Sentimientos de desesperanza y abandono.
• Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
Otra víctima de la depresión
Ned Vizzini, un escritor estadounidense autor de relatos para jóvenes y adultos, quien se hizo famoso por escribir con sentido del humor sobre su padecimiento con la depresión, y por sus consejos a quienes padecían ese mal, se suicidó en la ciudad de Nueva York.?Vizzini, de 32 años de edad, se arrojó desde del techo de la casa de sus padres en Brooklyn.??Su hermano, Daniel Vizzini, dijo al diario The Los Angeles, Times que desconocía las razones por las que Ned tomó esa fatal decisión, pero recordó que su hermano luchó durante toda su vida contra los trastornos mentales, los que, según dijo, habían “tomado un rumbo negativo” en las últimas semanas. En su novela autobiográfica It”s Kind of a Funny Story el protagonista es un adolescente que sufre con depresión y pensamientos suicidas, recibe tratamiento en un hospital psiquiátrico y finalmente se da cuenta de que la vida es bella.
“Todos los días lloraba”
Cintya Villena era una joven muy triste que se encontraba depresiva. Se sentía menos que todos y no podía ser feliz. En su casa las peleas empeoraban con el tiempo llevándola a intentar suicidarse en tres oportunidades. “Siempre estaba con el autoestima baja, me sentía sola y tenía odio y bronca hacia mi padre. Comencé a buscar el amor que no tuve en mi infancia en salidas, boliches, chicos, alcohol y amistades que no me trajeron nada bueno. Después empecé a tener problemas espirituales, ya no dormía, sentía presencias extrañas y tenía insomnio. Sumado a los problemas familiares comenzé a tener ganas de suicidarme. Cuando me invitaron a la Universal fue empezar la escuela de la fe, a través de esta logré ser feliz”, cuenta.
Cuando llegó a la iglesia buscó la ayuda de Dios para solucionar sus problemas. Participó de las reuniones y de los propósitos con fe. Perseveró en las cadenas de liberación hasta encontrar la solución ante todo lo que la afectaba. Su interior fue lleno de paz y seguridad, por lo tanto, dejó de llorar y tanto la tristeza como la depresión desaparecieron de su vida. “Me entregué al Señor Jesús y fui libre de todo. Hoy puedo decir que soy feliz”, finaliza sonriendo.