De la misma forma que Dios creó el mundo con palabras, podemos crear las personas que queremos con palabras. Esto se aplica a todo tipo de relación, principalmente a la amorosa.
Elogiar a alguien lo hace sentir inmensamente feliz. De la misma forma que Dios creó la belleza del mundo sin esfuerzos, podemos crear personas bellas con muy poco esfuerzo. Todo lo que necesitamos es una palabra amable.
Pruebe esta estrategia en vez de reclamar, criticar, atacar y señalar los errores todo el tiempo. Pero no lo haga solo una vez. Decida hacerlo para siempre, como un nuevo comportamiento.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
[related_posts limit=”7″]