Las drogas nunca estuvieron tan presentes en la vida de las personas como ahora. Es alarmante el hecho de que, en cualquier esquina, las personas, principalmente los jóvenes, tengan acceso a los más variados tipos de estupefacientes. Cuando creemos que ya descubrimos todo, viene una novedad.
Las políticas públicas de combate parecen no funcionar como deberían: Uruguay va a permitir el acceso a todas las personas mayores de 18 años a la marihuana: será sólo necesario presentar el documento y comprar cierta cantidad de hierba. Con eso, ellos esperan terminar con el tráfico.
Pero el problema es mucho más complejo. Actualmente, una nueva modalidad de droga se expande entre los jóvenes: el uso de desodorante spray. Así es, el joven va a la farmacia o al supermercado y se abastece con la nueva onda. Y, por los relato de Internet, los padres deben estar atentos con el consumo exagerado de desodorante por sus hijos.
Recientemente, un estudio apuntó que, en promedio, solamente después de 5 años, la persona comienza a reconocer que necesita de ayuda para dejar las drogas. Antes de eso, principalmente al comienzo, el sentimiento de ella es que está al control, y a la hora que quiera parar, para. Nadie piensa que un poquito de polvo, hierba, o sea lo que fuese, va a controlar su vida; las sensaciones de calma o de éxtasis hacen a la persona creer que la cosa es buena, pero para mantener esas sensaciones, las dosis tienen que aumentar sistemáticamente, y ahí vienen las consecuencias físicas y mentales, hasta que llega una hora en que las drogas muestran quién verdaderamente manda.
Dios nos hizo seres racionales. Es claro que lo ideal es que la persona nunca entre en esa aventura, pero si por casualidad esa plaga entró en su vida, en su familia, no sirve quedarse nervioso, gritar, agredir física o verbalmente.
Especialistas afirman que el primer paso para librarse de ese mal es admitir la dependencia de las drogas. Aliado a eso, es necesario pedir ayuda a una persona de confianza, pues no es nada fácil luchar solo y abandonarlas de una sola vez.
La fuerza de voluntad del ser humano es capaz de cosas increíbles. Muchos que están en esa situación deben entender que aunque suceda una recaída, lo ideal es no desistir, sino seguir firme en el objetivo de parar con el vicio.
Otro punto fundamental para dejar atrás el pasado de las drogas es apartarse de los supuestos amigos que también consumen drogas. Conseguir la rehabilitación y retomar el mando de la vida conviviendo con ellos es prácticamente imposible.
Por último, y lo más importante, sepa que la mejor forma de combatir ese mal que entró en los hogares y han hecho mucho daño es usando la fe en Dios. Sin esa fuerza interior y mayor, difícilmente una rehabilitación definitiva suceda.
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