Los hábitos de vida actuales muchas veces inciden negativamente sobre la salud del aparato digestivo, y en esta época del año donde hay grandes comidas, se consumen más bebidas alcohólicas y a veces, se reduce el ejercicio físico, los malestares gastrointestinales pueden surgir. Por eso, hoy traemos una herramienta didáctica para prevenir estos males, se trata de la pirámide del bienestar digestivo.
La pirámide Digestivo incluye diferentes hábitos de vida que afectan la función gastrointestinal, de manera de prevenir la pesadez, el estreñimiento, el dolor abdominal, la sensación de hinchazón o los gases que afectan a un gran número de personas, sobre todo, en esta época del año.
La gráfica muestra que a diario no podemos dejar de beber líquidos, de consumir frutas, verduras, aceites vegetales y cereales integrales. Asimismo, es fundamental movernos al menos durante 30 minutos diarios.
En el segundo eslabón de la pirámide vemos las legumbres y las frutas secas, y se indica un consumo cada dos días, recomendando cocinar las legumbres mediante el hervido. También figura en este eslabón el ejercicio físico, como correr, montar bicicleta y demás, y se habla de su regularidad, señalando que es mejor 10 minutos diarios que una hora a la semana.
En un tercer eslabón de la pirámide encontramos un recordatorio de hábitos que influyen en el buen funcionamiento digestivo si se aplican con regularidad. Por ejemplo, debemos reservar 10 minutos después de cada comida para ir al baño con tranquilidad y además, debemos mantener mediante hábitos saludables, un peso apropiado para el organismo.
En el extremo de la pirámide se encuentran aquellos hábitos que deberíamos evitar en nuestra vida, por ejemplo: fumar, no descansar y vivir con estrés, tomar laxantes y llevar una ingesta excesiva de grasas.
La pirámide del bienestar digestivo nos habla de cómo los hábitos de vida pueden ser causantes de un malestar abdominal o intestinal, por ello, mejor prevenir con un saludable estilo de vida y alejarnos de enfermedades que pueden surgir a largo plazo.
Es una herramienta que no sólo nos habla de frecuencia de ingesta de alimentos, sino de la mejor forma de consumirlos y cocinarlos. Asimismo, no se olvida del ejercicio y de su distribución semanal ni de otros hábitos nocivos como son el estrés, el cigarrillo y demás.