En el post anterior señalé el hecho de que las personas pierden sus guerras porque no están entrenadas para lucharlas, y mucho menos para vencerlas. Mostré también que el propio Dios, como un padre entrenaba a Su Hijo para que fuera soldado, y entrena a aquellos de Sus hijos que están dispuestos a aprender.
El énfasis aquí está en el entrenar.
Todo el mundo sabe que si usted quiere ser muy bueno en algo, necesita entrenar. Sea jugar al fútbol, tocar el piano, hablar en público, cocinar, dominar un idioma, ser un abogado – cualquier habilidad necesita entrenamiento. Entrenar no es la única cosa que hace a alguien excelente en su área de actuación, pero es una de las más importantes. Cosas como talento natural, actitud y auto confianza son importantes para su éxito. Pero sin duda, si usted no entrena para desarrollarse, las otras cosas aisladas no serán suficientes.
Bruce Lee, la leyenda del kung-fu dijo algo que resume muy bien la importancia de entrenar:
No le temo al hombre que entrenó 10 mil patadas una vez, sino que le temo al hombre que practicó una patada 10 mil veces.
¿En qué se quiere destacar usted? ¿Cuál es la habilidad que le ayudará a alcanzar sus objetivos y traerá la mayor respuesta a sus esfuerzos? ¿Usted ha entrenado para desarrollar esa habilidad o está estacionado en lo que ya sabe?
Dios entrena a los Suyos. ¿Por qué será? ¿Él no es Dios? ¿No podría simplemente hacer que alguien “nazca” ya hábil?
Él entrena a Sus hijos porque:
*Capacitar es trabajo del Padre, desarrollar la capacidad y el trabajo de los hijos
*Él espera de ellos el mejor desempeño
*Él conoce su potencial
*Él quiere que ellos se destaquen de los demás y así llamen la atención para sí, y consecuentemente para el Padre
No se detenga en el tiempo, conformado con su desempeño mediocre. Desarrolle. Crezca. Desafíe sus límites. Use todos los recursos humanos disponibles para entrenar. Sobre todo, haga que Dios sea Su Entrenador. Recuerde:
Educación humana= Capacidad
Educación humana+ entrenamiento de Dios= Capacidad 3 (capacidad al cubo)
Cuando usted no está entrenando, recuérdelo, alguien en algún lugar lo está. Y cuando ustedes se encuentren, él lo vencerá. – Bill Bradley
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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