La anorexia nerviosa es una enfermedad psicológica caracterizada por la pérdida autoinducida de peso acompañada por la distorsión de la imagen corporal. Es uno de los principales trastornos alimenticios en el cual se siente un rechazo por la comida y el miedo obsesivo a engordar.
En muchos casos se llega a un estado de gran debilidad debido a la ingesta insuficiente de nutrientes esenciales. A largo plazo puede desarrollar desnutrición, hambre, amenorrea y extenuación. Se da mayormente en adolescentes entre los 12 y los 25 años (a pesar de que en los últimos años se produjeron varios casos superiores a los 30 años), con el momento más crítico entre los 15 y 19 años, aunque últimamente se están registrando cada vez más casos en adultos e incluso entre personas ancianas.
Antiguamente se creía que era un disturbio típicamente femenino, de hecho, aproximadamente el 90% de los casos se desarrolla en mujeres. Sin embargo, aunque los estudios sobre el sexo masculino son menores, se estimó que un 5% a 10% de los casos se da en adolescentes y hombres adultos.
Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso. Generalmente la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total de alimentos. Aunque los anoréxicos empiezan por excluir de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría acaba con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos, acompañado muchas veces por ejercicio físico excesivo.
En la anorexia nerviosa se pueden distinguir algunos subtipos: • Restrictivo: cuadros en que la pérdida de peso se consigue con dieta o ejercicio intensivo, no recurren a atracones ni purgas • Compulsivo: recurre regularmente a atracones o purgas, utiliza diuréticos, enemas, laxantes o pastillas para adelgazar. Algunos no presentan atracones pero sí recurren a purgas incluso después de ingerir pequeñas cantidades de comida. Diagnóstico con un origen impreciso No se conocen las causas exactas de la anorexia nerviosa, muchos factores probablemente estén involucrados. Los genes y las hormonas pueden jugar un papel importante. Las actitudes sociales que promueven cuerpos muy delgados también pueden contribuir.
El diagnóstico de la anorexia nerviosa se basa no solo en la ausencia de un origen orgánico definido, sino en la presencia de ciertas características. En este sentido conviene recordar los criterios considerados por la Sociedad Americana de Psiquiatría para el diagnóstico de la anorexia psíquica:
• Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo normal para la edad y el talle
• Adopción de dietas que dan la sensación de poder y control
• El foco en el objetivo de “ser delgado”
• Carácter hostil e irritable
• Sobreviene la depresión
• Realización de actividad física intensa
• Miedo intenso al aumento de peso o a ser obeso incluso con un peso inferior al normal
• Distorsión de la apreciación del peso, el tamaño o la forma del cuerpo
• Ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos
• Estreñimiento
• Preocupación por las calorías de los alimentos
• Dolor abdominal
• Preocupación por el frío
• Vómitos
• Preocupación por la preparación de las comidas
• Restricción progresiva de alimentos y obsesión por la balanza
• Preocupación por la imagen • Abundancia de trampas y mentiras
• Hiperactividad y preocupación obsesiva por los estudios, sin disfrute
¿Existe un tratamiento realmente efectivo?
El mayor desafío en el tratamiento de la anorexia nerviosa es ayudarle a la persona a reconocer que tiene una enfermedad. La mayoría de las personas que sufre este tipo de anorexia niega tener un trastorno alimentario y, con frecuencia, ingresa al tratamiento solo cuando su afección es grave. Eso fue lo que sucedió con Natalia Lafuente, quien a los 12 años comenzó a padecer este trastorno alimenticio.
“La anorexia nerviosa me hizo tener varios problemas en el colegio. Estuve en tratamiento varios años, pero a pesar de los esfuerzos de los médicos no podía curarme. Tomé varios medicamentos, vitaminas, hierro y calcio, entre otros. Como no salía de esa situación estaba muy triste.
Un día mi mamá me invitó a la Universal, así comencé a participar de las reuniones y poco a poco las cosas fueron cambiando. En una Campaña de Israel decidí hacer un desafío con Dios para ver un cambio total en mi vida. De esta manera obtuve mi sanidad. Me recuperé totalmente y hoy soy una mujer feliz, llena de la presencia de Dios”.
Quizás usted esté pasando por la misma situación, su vida parece no tener arreglo, se siente desesperado y sin rumbo. Participe este viernes a las 8,10, 12, 16 y especialmente a las 20 con el obispo en Av. Corrientes 4070, Almagro y sea libre de todo su sufrimiento. Encuentra una Universal más cerca de su hogar haciendo clic aquí.
Fuentes y fotos: Wikipedia; MedlinePlus / Thinkstock
[related_posts limit=”7″]