Es un tipo de infección aguda que afecta a los pulmones. Estos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que -en las personas sanas- se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonia están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno. Se puede visualizar en una radiografía de tórax.
La neumonia ocasiona una grave inflamación de los pulmones produciendo dificultad para respirar, e incluso dolor. La causa puede ser de origen bacteriano, viral o parasitario.?La neumonía causada por bacterias tiende a ser la más grave. En los adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía, mientras que en bebés y niños suele ser de origen viral.
Quienes presentan mayor riesgo de desarrollar una neumonía complicada son:?adultos mayores o niños muy pequeños, personas con su sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, personas con VIH-sida.) y personas con otros problemas médicos serios, como diabetes o cirrosis.
Según la Organización Mundial de la Salud la neumonia puede prevenirse mediante inmunización, una alimentación adecuada y mediante el control de factores ambientales.
A pesar de las medidas preventivas, esta enfermedad puede contraerse por las siguientes vías:
– La propagación hacia los pulmones de las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca, estos pueden infectar los pulmones al inhalarse.
– Al aspirar alimentos, líquidos, vómito o secreciones desde la boca hacia los pulmones (neumonía por aspiración).
– Además, la neumonia puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior.
La enfermedad causada por bacterias puede tratarse con antibióticos, pero solamente alrededor del 30% de los niños que padecen esta enfermedad reciben los antibióticos que necesitan, según la OMS.
Los síntomas de la neumonía pueden ser uno o más de los siguientes:
• Dificultad para respirar.
• Escalofríos.
• Fiebre y sudoración.
• Dolor en el pecho.
• Tos (con flema o seca).
Existen varios tratamientos para la neumonía, pero es importante acudir al médico para que indique el más adecuado según el caso. En general, se recomiendan reposo, antibióticos y medicamentos para aliviar los síntomas. De ser necesario, la persona enferma con neumonía puede requerir hospitalización. Con tratamiento, la mayoría de los pacientes mejora al cabo de dos semanas, aunque los pacientes de edad avanzada o con su sistema inmune más débil pueden necesitar un tratamiento más prolongado.
Carolina Belén Lafuente padeció esta enfermedad, su tratamiento no fue sencillo, pero, sin dejar de lado los esfuerzos de los médicos, usó su fe en una Campaña de Israel y fue sanada completamente.
“A los 9 años los doctores me diagnosticaron neumonía, hice tratamientos, me recetaron varios medicamentos, pero no me curaba. Ya a los 14 años mi salud seguía estando mal, tenía frecuentes dolores de cabeza y al seguir enferma de neumonia empecé a estar depresiva. No me gustaba hablar con nadie, estaba llena de complejos. Eso me llevó a tener bulimia y anorexia nerviosa durante seis años.
En esos momentos conocí la Universal, una vez que entendí que era posible cambiar la situación, usé mi fe y todo se transformó. Participé de las reuniones y fui libre de la depresión, de la bulimia y de la anorexia. Incluso pedí mi sanidad y obtuve el milagro, fui sanada de neumonía también. Hoy estoy sana y vivo feliz en la presencia de Dios”.
Medidas de prevención
Lavarse las manos frecuentemente.
Desechar adecuadamente los pañuelos.
Cubrirse la boca y la nariz cuando tose o estornuda.
En el caso de los grupos considerados con mayor riesgo de contraer cuadros graves por influenza o neumonía, los mismos deben recibir la vacunación anual contra la gripe y la vacuna antineumocóccica, incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación. Son gratuitas en todos los centros de vacunación y hospitales públicos del país.
Fuente: Ministerio de Salud
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