El rey de Israel, Josafat, quedó atormentado con la noticia que recibió. Los pueblos moabitas y los amonitas caminaban para atacar a su pueblo. De repente, el miedo y los pensamientos perturbaron a Josafat, sin embargo, inmediatamente pidió que todos hicieran un ayuno y, enseguida, clamaron para que Dios los librara.
Colocándose de pie, el rey indagó: “Señor, Dios de nuestros padres, ¿no eres Tú Dios en los cielos, y Te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿no está en Tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien Te resista?”
Entonces, Le exclamó a Dios que una multitud vendría contra el pueblo de Israel y añadió: “¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás Tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos qué hacer, y a Ti volvemos nuestros ojos.”
Todas las personas de Israel estaban en la presencia de Dios y el Espíritu del Señor habló por medio de Jahaziel, descendiente de Asaf. “Y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén , y tú, rey Josafat. El Señor os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.”
El rey Josafat y su pueblo confiaron en esas palabras y, por haber buscado de Dios Su Justicia, conquistaron el milagro y fueron librados de la muerte.
El momento de la decisión
Así como Josafat entregó su causa a Dios, en toda la Universal, el 16 de marzo, sucederá “El Día de la Decisión”, en donde los obispos descenderán al Valle de Josafat para buscar la respuesta de Dios para nuestras vidas.
Si usted está pasando por problemas económicos, en la familia, en la salud, o necesita un milagro en cualquier área de su vida, participe de este momento de decisión.
En Av. Corrientes 4070 – Almagro – o en la Universal más cercana a su casa.
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