José y María vivían en Nazaret cuando un ángel les anunció que Jesús vendría, generado por el Espíritu Santo. Debido a un empadronamiento exigido en la época, la pareja se dirigió a Belén (el censo debía ser respondido en el lugar de nacimiento del patriarca de la familia), donde Jesús terminó naciendo. Enseguida, los tres volvieron a su casa, donde el niño y futuro Mesías creció. Hoy, es la capital económica y administrativa del Distrito Norte de Israel. Además de eso, es una especie de “capital árabe” israelita para los ciudadanos de esta etnia, la mayoría de la población. Es un gran, bonito y muy urbanizado centro de peregrinación cristiana, antiguamente insignificante, hasta los acontecimientos bíblicos que la volvieron famosa en todo el mundo.
La ciudad queda entre los elevados montes del extremo sur de la cadena de montañas que comienza en el Líbano. Queda a 25 kilómetros del Mar de Galilea y a 9 del Monte Tabor.
Nazaret fue el primer suelo que el pequeño Jesús pisó, aprendiendo a caminar. Allí, Él dijo sus primeras palabras, fue educado y comenzó a notar los aspectos de la vida en sociedad. Luego, sus padres volvieron nuevamente después de la fuga a Egipto, cuando Herodes ordenó que los primogénitos de la región fuesen asesinados, ya que las profecías decían que allí sería la cuna del nuevo Rey de Reyes (Mateo 2:13-23)
Según el respetado arqueólogo norteamericano James Strange, Nazaret tenía, en la época de la infancia de Jesús, alrededor de 2 mil habitantes, no más que eso, y era un lugar sin gran importancia antes de los acontecimientos del Nuevo Testamento.
Si la infancia y la juventud de Jesús fueron pacíficas, ya que no hay registros que demuestren alguna dificultad, no se puede decir lo mismo cuando fue adulto, como Él mismo declara en algunos versículos. “…Y se escandalizaban de Él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.” (ambos de Mateo 13:57-58). El Mesías era tan rechazado por los ciudadanos, que una vez algunos lo llevaron al borde de un precipicio, en las afueras de la ciudad, para tirarlo. Pero Él se libró de ellos (Lucas 4:29).
Cuando Jesús se convirtió en adulto, cerca de los 30 años, se mudó a Capernaúm (también conocida como “La Ciudad de Jesús”), volviendo a Nazaret para predicar algunas veces (en las cuales fue rechazado, según el relato del Evangelio de Lucas, reafirmado por los de Marcos (6:4), Mateo (13:57), y Juan (4:44).
El control de la ciudad fue varias veces conquistado por los conflictos entre judíos, cristianos y musulmanes, intercalándose los dominios a lo largo de los siglos y milenios. En el final de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó a Nazaret en el territorio del estado árabe, en lo que Israel no estuvo de acuerdo. Después de los conflictos armados, considerados leves en el área metropolitana, árabes y judíos firmaron un acuerdo de paz que incluía la seguridad de los oficiales israelitas, entre ellos el famoso comandante judío canadiense Ben Dunkelman (líder de la operación y de la 7° Brigada Blindada, considerada la mejor de Israel en la época), de que ningún daño fuese causado a los civiles del lugar.
El ramatkal (comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel) Haim Laskov ordenó, poco después, que los civiles árabes fuesen expulsados. Dunkelman (foto), se negó a obedecer, argumentándole al general Laskov que, horas antes, ellos (incluyendo al ramatkal) dieron su palabra, decretada por el juez, de que no le harían mal a nadie. Horas después, Laskov destituyó a Dunkelman del mando de la operación, nombrando en su lugar a Avraham Yaffe, comandante del 13° Batallón.
El canadiense obedeció la orden de apartarse de la función, pero solo después de que su substituto, Yaffe, dar su palabra de honra de que no hostilizaría a la población nazarena. Ante la negativa de la realización de la evacuación forzada, Laskov apeló instancias políticas superiores para que la orden fuese cumplida, pero el primer ministro David Ben-Gurion, sabiendo del caso, la prohibió definitivamente. Los árabes nazarenos no sufrieron cualquier represalia, al contrario de lo que sucedió abundantemente en ciudades vecinas. El relato del episodio está en el libro “Dual Allegiance” (traducida “Doble Lealtad”, término legal que se refiere a que una persona jura lealtad a dos países – no confundir con doble ciudadanía), escrito por el periodista israelita Peretz Kidron.
Actualmente
Hoy, Nazaret tiene cerca de 65 mil habitantes, la mayoría, árabes. Sumados a la población de la región metropolitana, el número llega a 185 mil, siendo 145 mil de ellos árabes (el 31,3% cristianos y el 68,7% musulmanes, según la Oficina Central de Estadísticas de Israel). En la Alta Nazaret se concentra la población judía. Los ciudadanos cristianos, pocos comparándose a los musulmanes, están bien representados, reforzados por los millones de turistas que siguen la misma fe y que visitan la ciudad todo el año. La estructura turística es muy bien presentada, con medios de hospedaje de calidad y programación cultural de primera línea, además de guías profesionales para quien quiere seguir los pasos de la familia más tradicional del lugar: una virgen sierva de Dios, su marido carpintero y el hijo de la pareja, un polémico joven que más tarde daría su propia vida para salvar al mundo.