Con la aparición de nuevas formas de comunicarse, también han surgido nuevas formas de engañar a la pareja. “Arreglar” un encuentro es más sencillo, basta tener el celular en la mano y unos momentos de privacidad para dar rienda suelta al engaño.
Un estudio publicado en 2013 por la revista Cyber Psychology and Behaviour Journal cita a Facebook como la provocadora de 28 millones de separaciones en todo el mundo.
El informe también revela que el 95% de los usuarios de la red social creada por Mark Zuckerberg buscó en algún momento a una expareja a través de la red social, lo que generó reencuentros. En algunos casos, esos encuentros llevaron a infidelidades y rupturas sentimentales.
Meses atrás, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, los abogados aseguraban que uno de cada cinco divorcios eran provocados por situaciones derivadas del uso de las redes sociales.
Además, de acuerdo con datos recopilados por el blog de WhoIsHostingThis, el abuso en el uso de Facebook incrementa las posibilidades de que se produzcan infidelidad y divorcio.
Las redes alimentan los celos
Los especialistas afirman que una de cada 10 mujeres y uno de cada 3 hombres deben lidiar con situaciones de celos de sus parejas por la desconfianza que genera su comportamiento ante las redes sociales.
Este nuevo tercero en discordia llamado Facebook provocó que una joven de 16 años, embarazada, sufriera una brutal golpiza por parte de su novio, un boxeador amateur, luego de que abriera una cuenta en Facebook.
La joven quedó con el rostro desfigurado y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para que le reconstruyeran el rostro.
El novio está detenido por haber violado la prohibición judicial de contactar a la víctima, quien afirmó: “No voy a volver jamás con él”, mientras espera dar a luz en Buenos Aires.
¿Cuándo empieza la infidelidad?
Después del escándalo mediático que involucró al conductor Jorge Rial, a su pareja Loly Antoniale y a la tercera en discordia, la tucumana Marianela Mirra, surge el interrogante: ¿dónde empieza la infidelidad? Algunos pueden decir que si no se produce un encuentro real no hay engaño. Sin embargo, los especialistas sostienen que se inicia mucho antes e incluso en forma independiente del contacto físico, solo con el inicio de la posibilidad de un tercero: “Empieza cuando una tercera persona se convierte en objeto de deseo sexual o amoroso de uno de los miembros de la pareja –señala a La Nación la psicóloga Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en relaciones humanas. La existencia de la pareja supone un contrato implícito de amor, fidelidad y exclusividad, tanto afectiva como sexual. La aparición de un tercero, aunque solo sea la idea de ese tercero, ya pone en jaque ese contrato”.
Las palabras de Cruppi recuerdan a las reflejadas en Mateo 5:27-28, cuando Jesús fue consultado sobre el adulterio: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”.
CNN publicó una encuesta en su página de Facebook en la que preguntaba a los lectores cuándo comenzaba la infidelidad: “¿Al fantasear, coquetear, comunicarse en Internet, abrazarse, besarse o tener relaciones sexuales?”, inquiría. Las más de 2000 respuestas sirvieron para concluir que uno puede engañar sin tener contacto físico. El 47% respondió que la infidelidad comienza cuando una persona envía correos electrónicos y mensajes de texto sin el conocimiento de su pareja. Solo el 20% dijo que ser infiel es tener relaciones sexuales con otra persona. Y apenas el 13% dijo que besar era engañar y abrazarse, el 1%. Además, el 11% señaló que el engaño empezaba con el coqueteo.
La Justicia dice lo contrario
Lo que una pareja puede considerar infidelidad quizá no lo sea para la Justicia. Hace tres años, la Sala M de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil desestimó como prueba de infidelidad una serie de mails con contenido subido de tono que había mantenido un hombre con su amante. “No basta con el intercambio de palabras o mensajes cargados de erotismo y de fantasía entre dos polos de comunicación de la red, pues la infidelidad virtual, en tanto que no pase a 3D, no llega a consumar el encuentro carnal que configuraría el adulterio”, dijeron en su fallo los jueces Mabel de los Santos y Fernando Posse Saguier.
Dos años antes, la justicia de Chubut había negado la validez de los mensajes de texto como prueba de infidelidad. El tribunal consideró que, en esa ocasión, el marido había violado el derecho a la intimidad de la mujer al revisarle el celular sin su consentimiento, siendo que la Constitución Nacional garantiza la inviolabilidad de la correspondencia.
Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad Tecnológica de Texas afirma que el engaño cometido “solo” a través de las redes sociales duele tanto como el que se concreta físicamente.
Jaclyn Cravens, especialista en Terapia de Matrimonio y Familia, analizó el impacto que causa el engaño virtual con datos de la web Facebookcheating.com. Después de entrevistar a más de 200 parejas comprobó que el engaño virtual había sido origen de crisis y peleas entre ellos aun cuando no hubiera llegado a concretarse.
El matrimonio como institución está más amenazado que nunca. Las redes sociales y el deseo de “libertad” en la pareja socavan las bases de la sociedad, que cada vez se acostumbra más a ver uniones fallidas como algo normal.
[related_posts limit=”7″]