A veces verá que algo en su vida se está descarrillando. Todo estaba bien, hasta que a partir de un cierto punto algo no funcionó. Al principio, algo demasiado pequeño como para preocuparse. No le dio mucha atención, y entonces una cosita más no funcionó. Después, una más. Y cuando se quiso dar cuenta, el tren ya estaba fuera de los carriles.
*La dieta estaba yendo tan bien, ahora está comiendo de nuevo igual a una desesperada
*Su hábito de hacer ejercicios físicos estaba en piloto automático, hasta que viajó, dejó de hacerlos un día, después otro, ahora sus músculos están flácidos y su ánimo para recomenzar está en cero
*Su matrimonio estaba bien hasta que no: una pequeña pelea hizo desenterrar un tema de seis meses atrás que, al final, nunca fue resuelto. Ahora ustedes están en crisis
*Su cuenta bancaria estaba en azul hasta que una decisión emocional le hizo usar la tarjeta de crédito. Pensó que iba a poder pagar, pero hasta ahora solo ha conseguido pagar los intereses
*Su fe en Dios estaba fuerte hasta que cometió un pecado, después otro, y todavía está así. Usted ya no ora más.
¿Qué se puede hacer?
La primera regla para quien está en el pozo: deje de cavar. No haga nada que empeore su situación. Usted se equivocó hasta aquí, pero no quiere decir que necesita continuar equivocándose. Simplemente deje de hacer cosas que solo aumentan el problema. Comer una torta de chocolate porque está enojado con la balanza no lo va a ayudar.
El segundo paso no es mágico pero es simple: comience todo de nuevo. No subestime el poder que usted tiene de parar y recomenzar ya. Ahora mismo. Puede volver a hacer lo correcto ahora. Reorganícese. Salga del estado mental de impotencia, de sentimiento de culpa y de debilidad. Usted es fuerte y capaz. Y culparse no lo va a sacar de donde está. Dar el primer paso rumbo al cambio, sí lo hará.
Entonces, dé el primer paso ahí, ahora. Haga lo correcto. No mire hacia atrás. No espere sentir ganas. Simplemente hágalo. Su próxima comida puede ser saludable y en la medida correcta. Hoy, usted puede hacer 10 minutos de ejercicios físicos. Realícele un gesto de gentileza a su cónyuge para mostrarle su determinación de recomenzar. Apriétese el cinturón este mes para pagar un poco más esa deuda en la tarjeta de crédito. Haga una oración ahí ahora donde usted está y vuelva a la iglesia este domingo.
Dé el primer paso. Después continúe en esa dirección.
Las cosas se descarrilan de vez en cuando para todo el mundo. El secreto es saber parar y comenzar todo de nuevo.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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