Los celulares modernos se han vuelto cada vez más indispensables en la vida de las personas. Muchas se levantan con el despertador del aparato, verifican los mensajes y las notificaciones antes de salir de sus casas y usan una aplicación para comprobar la temperatura de la ciudad o para intentar localizar un lugar desconocido. Son tantas las funciones de los actuales smartphones que no será extraño si, en algún momento, usted se olvida que hace, además de todo eso, llamadas.
El uso de la tecnología facilita la rutina, pero también puede ser perjudicial. Permanecer conectado en el celular por mucho tiempo es un hábito común en los días actuales, pero puede comprometer las relaciones personales y convertirse en un vicio.
En Corea del Sur, más del 25% de los adolescentes presentaron síntomas de dependencia de celulares, según un estudio del Ministerio de la Ciencia y Tecnología de Seúl. Revelaron características de abstinencia a causa de la ausencia o por no tener acceso al aparato, lo que llevó al país a pensar en acciones para prevenir el uso excesivo. Los surcoreanos con edades entre 10 y 52 años usan sus smartphones durante más de 5 horas diarias. Para el Ministerio de la Ciencia y Tecnología, esto muestra el “riesgo de dependencia”.
Pensando en eso, el gobierno local prometió adoptar medidas para combatir esta dependencia en los jardines de infantes, escuelas y centros de educación. Trabas de bloqueo ya están siendo probadas para restringir el uso de aplicaciones y limitar funciones. El objetivo es disminuir la falta de concentración de los estudiantes durante las clases y reducir el tiempo de uso de los aparatos.
¿Dependencia de celular?
A primera vista, este diagnóstico puede causar extrañeza. ¿Pero usted ya se detuvo a pensar cómo se siente al pasar un día entero sin su aparato móvil? En Brasil, el 58% de la población afirma que usa su celular cada 30 minutos y el 79% se siente incómodo cuando está sin el teléfono. Los datos son de una investigación hecha por la revista “Time” y por la empresa Qualcomm, que contó con la opinión de cinco mil brasileños.
Existen personas que sufren de ansiedad e incluso nerviosismo. Estas características revelan que el vicio del celular es una enfermedad. Y tiene nombre: “nomofobia”. El término fue usado por la primera vez en Inglaterra para designar a las personas que usan el celular de forma compulsiva. ¿Será que un aparato electrónico es capaz de llenar el vacío de nuestros tiempos?
El uso constante genera ganas de mantenerse conectado todo el tiempo, sea para seguir las redes sociales, sea para estar informado sobre todo lo que sucede. Esté atento.
Cuando las interacciones pasan a ser mucho más virtuales que las reales, es señal de que algo está mal. No deje que su celular controle su vida. No deje que el mundo on-line permanezca en primer plano y por encima de sus obligaciones profesionales y personales. Encuentre un límite entre el uso saludable y la exageración y sepa el momento adecuado para desconectarse. En el caso de que no lo logre, busque ayuda. Y recuerde que ninguna dependencia trae felicidades.
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