Falta de autoestima y expectativa de reconocimiento. Dos cosas que, juntas, pueden impedir que una persona perdone a otra. Para que haya perdón es necesario pensar que se es superior a aquel que provocó algún daño, es decir, es necesario tener buena autoestima, y no esperar el reconocimiento de la falla que cometió su prójimo.
“Si la autoestima es buena, la persona lleva todo bien. El problema es que el ser humano siempre espera que el otro reconozca el error para que exista el perdón, y no siempre es así. La falta de perdón es para que, inconscientemente, haya algún vínculo con la persona”, explica la psicóloga clínica Débora Cristina de Macedo Jorge.
El perdón es de suma importancia también para quien sufre, porque este sentimiento es el que lleva a la autoevaluación y también a perdonarse. La psicóloga destaca que “la falta de perdón hace que la persona se quede con esa angustia y no se permita vivir otras experiencias”.
Fátima Silva logró perdonar la traición de más de 20 años a su ex-marido. “Fui a buscar ayuda profesional para entender la diferencia entre el perdón y disculpar a alguien. Entendí que el perdón es algo consciente, y que hay fallas de ambos lados. Pero solo llegué a esa conclusión, después de un año. La falta de perdón obstruía la continuidad de la vida de mi ex-marido y la mía. El día que nos pedimos perdón uno al otro, desatamos el nudo que teníamos en nuestro matrimonio y logramos seguir con nuestras vidas”, cuenta ella.
Consecuencias
Cuando no existe el perdón, las consecuencias pueden ser emocionales y físicas. “La persona se vuelve amargada y transfiere este sentimiento a todas las áreas de la vida; es lo que llamamos ‘persona mal amada’. Está comprobado científicamente, que el rencor puede transformarse en un cáncer”, explica Débora.
Para Fátima, el hecho de perdonar sinceramente cambió su relación con su ex-marido y le trajo nuevas perspectivas. “Todo cambió y mejoró mucho. Hoy somos amigos. Además de ser el padre de mis hijos, nos consideramos mucho. Antes, no había eso”.
La conciencia del perdón y la sinceridad al autoanalizarse son herramientas esenciales para no cultivar el rencor en el corazón, y capacitan a una persona para volver a perdonar.