Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. — Marcos 3:24-25
Si todo de nosotros, toda nuestra fuerza, muchas veces no es suficiente para superar nuestros desafíos, ¿qué esperanza nos queda si estamos divididos dentro de nosotros mismos?
Jesús reveló Su pensamiento acerca del poder de la unidad. Este poder se aplica desde a naciones de millones de personas hasta a cada individuo. Un país que se divide en grupos que luchan entre sí ciertamente será destruido. Si una familia se divide, y las personas que forman parte de ella comienzan a luchar entre sí, será destruida. Eso es fácil de comprender.
Pero una forma de división que se conoce menos es la división dentro de la propia persona. Una persona es única, pero puede estar dividida en sí misma. Y es más común encontrar personas divididas en sí mismas que totalmente unidas en cuerpo, alma, espíritu y mente.
Su éxito depende de su habilidad de unir todas sus fuerzas en búsqueda de su objetivo. ¿Cuáles fuerzas? Física (cuerpo), emocional (alma), espiritual (fe) y mental (inteligencia).
¿Quiere vencer? Una estas cuatro fuerzas y nada ni nadie podrá resistirle.
Aplicación: Identifique si usted está dividiendo sus fuerzas dentro de usted mismo y trabaje para unirlas.
¿Cuál de sus cuatro fuerzas ha sido la más débil? ¿Cómo puede usted fortalecerla? ¿Usted acostumbra ser unificador o divisor de sus relaciones? ¿Conciliador o pendenciero? ¿Usted sabe trabajar en equipo o es más individualista? Deje su comentario.
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