Con el fin de la esclavitud en Babilonia, muchos judíos volvieron a una Jerusalén destruida y, por incentivación de hombres influyentes como Zorobabel, Nehemías y Esdras, decidieron reconstruir el Templo de Salomón, en el mismo lugar original (el actual Monte del Templo).
Sin embargo, los tiempos eran otros, y esa antigua prosperidad de la época de Salomón no era la realidad de entonces. Con muchos menos recursos, los judíos libres que regresaron, hicieron lo que pudieron para levantar aquella que, para su fe, era la más importante edificación del reino.
Fue en la esclavitud en Babilonia que el formato de la religión judía que se conoce actualmente comenzó a existir. El culto era realizado en las sinagogas, en los templos que existen hasta hoy, debido a la ausencia del Templo de Salomón, que había sido destruido por Nabucodonosor. Solamente después de ser levantado el Segundo Templo, los judíos volvieron a hacer sacrificios a Dios, pues, en su creencia, solo en ese lugar podían ser realizados.
El diseño interno del Templo no fue alterado, pero el edificio era mucho menos suntuoso. Muchos de los judíos se lamentaban, e incluso lloraban, cuando lo veían levantado, por la excesiva simplicidad en relación al original. Para ellos, era símbolo de derrota, de la decadencia de un reino antes imponente. Sin embargo, para otros, era un lugar en donde Dios era adorado y tenía su valor. Muchos utensilios antes hechos en oro y piedras preciosas fueron hechos con otros materiales, de improviso. La menorá, por ejemplo, el gran candelabro de siete lámparas que simbolizaba la presencia de Dios, fue hecho con estaño, en lugar del oro de la original. Posteriormente, conforme iba mejorando la situación, fue rehecho en plata, y más adelante chapado en oro.
Incluso con la presencia del Templo nuevamente, los cultos paganos proliferaban en Israel, por la terquedad de algunos ciudadanos – que puede ser comprobado por la gran cantidad de artefactos encontrados en excavaciones arqueológicas, como ídolos domésticos. Sucede que la convivencia con los babilonios generó una cierta mezcla con las creencias de ese reino, y el regreso a los antiguos cultos paganos cananeos. Aun así, los judíos más determinados levantaron y pusieron a funcionar el nuevo Templo, aunque haya sido hecho con más simplicidad.
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