La mujer sueña con tener un marido que le preste atención, que sea amable, educado, trabajador, bueno, cariñoso y buen padre, amoroso y honesto. El hombre, a su vez, sueña con una esposa fiel, esforzada, compañera, que le brinde su amor incondicionalmente y lo respete para juntos construir un futuro juntos. Pero no siempre ese “sueño de amor” se condice con la realidad.
Muchas parejas enfrentan problemas en su relación precisamente por eso, se casaron enamorados, con la ilusión de tener una familia, pero cuando se hacen presentes los problemas, principalmente a nivel económico, el vínculo se pone a prueba. Lo que la pareja vive a diario está muy lejos de aquello que soñaron antes de unir sus vidas. La frustración se hace presente y amenaza con destruir el vínculo.
Damián Maiorano y María Eugenia Medina querían formar un hogar estable para cumplir su sueño de traer un hijo al mundo, pero los días pasaban y su realidad era otra. El matrimonio no estaba bien, había peleas y discusiones cada vez más fuertes. Damián rompía las cosas para no pegarle. El motivo de tantas discusiones era que él no conseguía trabajo y había muchas deudas que pagar. “Siempre vivía de changas, nada me salía bien”, recuerda él.
No solo los problemas económicos amenazaban la felicidad de este matrimonio, las dificultades para tener un hijo también se hicieron presentes dándoles un duro golpe. “No podía quedar embarazada, los médicos me decían que no iba a poder tener hijos, esa noticia me hizo estar muy triste, incluso depresiva. Además era el otro gran motivo de las discusiones”, agrega Eugenia, que ya no podía seguir viviendo así, quería separarse.
Buscando una solución, Damián buscó ayuda en los brujos pero las cosas solo empeoraban, hasta que un familiar los invitó a la Universal. Desde que comenzaron a participar de las reuniones todo fue cambiando hasta que hubo una transformación completa en sus vidas.
La vida de la pareja cambió, lograron vivir en armonía, con paz, el matrimonio fue restaurado, Eugenia quedó embarazada, a pesar de que los médicos decían que era imposible, logró tener a su tan anhelado bebé. Formaron la familia que siempre quisieron y económicamente prosperaron. “Hoy podemos afirmar que tenemos una familia muy bendecida y estamos esperando a nuestro segundo hijo, gracias a Dios”, finalizan abrazados.
Si usted quiere vencer como lo hicieron ellos, participe de la Terapia del Amor los días jueves a las 16 y 20 en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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