Muchos cristianos, durante el culto o la reunión de adoración a Dios, pronuncian la expresión “Aleluya“, sin embargo, otros dicen “Aleluyas“, porque oyeron y aprendieron que eso sería una forma de reverenciar a Dios.
“Aleluya” es una expresión que viene de la lengua hebraica y que, la mayoría de las veces, usamos sin saber muy bien lo que significa. Prácticamente en todo culto se oye mencionar esta palabra.
Pero, de hecho, ¿qué significa la palabra “Aleluya”? ¿Y cuál es la forma correcta de pronunciarla: “Aleluya” o “Aleluyas”?
El término es formado por dos palabras hebraicas que, unidas, significan algo como “Alabad al SEÑOR”. La primera palabra es hallel, que significa “alabanza”. La segunda es Yah, una forma contraída del nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento (YHVH), y que significa SEÑOR. Juntas, forman la palabra “Halleluyah“. La forma latina de escribirse es “Aleluya” (en singular).
Encontramos esta palabra 24 veces en la Biblia Hebraica, y cuatro veces en la transliteración griega del Apocalipsis (Ap. 19:1-3-4-6).
Un ejemplo del versículo en el que aparece es: “Bendito el Señor Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya.” Salmos 106:48
Es importante saber que, independientemente de la forma de escribirse, sea “Halleluyah”, o “Aleluya”, la pronunciación es la misma en todos los idiomas.
Muchos, tal vez por desconocer el origen de la palabra y de su significado, terminan pronunciando erróneamente “Aleluyas”. Si “Aleluya” es “Alabar a Dios”, ¿”Aleluyas” sería “Alabar a dioses”? El plural de la palabra no tiene sentido debido a su origen. Además de eso, en la Biblia, en ningún momento está el uso de esa expresión en plural.
Debemos buscar, en todo, usar nuestra fe con inteligencia, y no estar preso a la religiosidad. Siempre que oiga algo nuevo en la iglesia o tuviera alguna duda en relación a cómo proceder, la mejor forma de saber cómo actuar es consultar la fuente de toda la sabiduría e inspiración: La Sagrada Biblia, La Palabra de Dios.
Por lo tanto, “Aleluya” al Único Dios, que es digno de ser alabado y adorado.
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