¿Por qué el Muro de los Lamentos tiene ese nombre? El lugar más sagrado para los judíos en Jerusalén no tiene solamente ese nombre, pero fue el que prevaleció a lo largo de los años para los no judíos. Según los investigadores, el apodo es una equivocada herencia del Mandato Británico.
El muro en cuestión es una parte de un poco más de 50 metros que restó de la muralla de contención que cercaba al Monte del Templo, hecha en la época de la gran reforma que Herodes realizó en el lugar del antiguo Templo de Salomón. Esa parte es la única a la cual los judíos tienen acceso, pues la mayor porción de la muralla que sobró de la destrucción del Templo por los romanos en el año 70 está bajo poderío de los musulmanes, que impiden el acceso. Se convirtió, para los judíos, en un lugar de oración y súplicas.
El nombre usado por los judíos es “Muro Occidental” (Western Wall, en inglés, y Ha-kotel Ha-ma’aravi, en hebreo), obviamente a causa de su localización. El término, inclusive, es mucho más antiguo que su apodo actual: hay registros de él en textos escritos inmediatamente después de la construcción del lugar por los romanos, en el siglo I. No hay mención, en otras fuentes antiguas, de la costumbre de la oración y de los lamentos en el lugar, como hoy es común.
Sin embargo, había una especie de “luto” por el Templo. Los romanos, inmediatamente después de la destrucción de Jerusalén, no permitían que los israelitas entraran a la ciudad de la época. Entonces, los exiliados tenían un día especial para lamentar la Casa de Dios destruida (el 9° de Av, según el calendario judío), observando las ruinas desde lejos, desde lo alto del Monte de los Olivos, al este.
Hay registros de los lamentos en el muro a partir del siglo XIX, cuando los europeos visitaban el lugar, volvían a su continente hablando de ese “Lugar de Lamentos”, término usado, inclusive, en el libro “Those Holy Fields”, publicado por Samuel Manning en 1873: “(…) el ‘Lugar de Lamentos’ de los judíos… Donde se reúnen los viernes para lamentar sobre su Estado caído…”
Manning podía estar refiriéndose a una traducción adaptada de un término usado por los árabes para designar el mismo lugar, El-Makba, el “Lugar del Llanto”. Cuando Gran Bretaña tomó a Jerusalén de los otomanos, en 1917, y vino el Mandato Británico sobre la región, quedó ese nombre. El “Muro de los Lamentos” siguió siendo usado por un tiempo incluso por una buena parte de los propios judíos. Solo después de la Guerra de los Seis Días, cuando Israel ya tenía un Estado propio y retomó la zona, los judíos comenzaron a usar nuevamente el nombre antiguo “Muro Occidental”, y muchos no judíos también comenzaron a utilizarlo.
Entonces, el “Muro Occidental” es el que prevalece para los israelitas y judíos esparcidos por el mundo – o incluso solamente “El Muro”, rechazando la “herencia” británica de los tiempos de un dominio que no existe más.
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