Cuando comenzamos a andar por el camino de la fe, no significa que nos convertimos en súper-hombres o en súper-mujeres. Sin embargo, es correcto decir que nos empezamos a dirigir hacia Dios y, por eso, somos diariamente probados por las circunstancias, para que aprendamos a vivir conforme a lo que Él quiere.
Pedro es un ejemplo de cómo somos mutables si no tuviéramos suficientemente fe.
En el libro de Mateo 14:25, la Biblia cuenta que Jesús anduvo sobre las aguas. Después de pasar un tiempo orando en el monte, el barco en el que estaban los apóstoles se apartó de la orilla y Él demostró Su poder. Al ver a Jesús, temieron que sea un fantasma, pero inmediatamente Se identificó. Aun así, Pedro dudó y pidió que, si era realmente Jesús, lo hiciera caminar sobre las aguas hacia su encuentro.
Primer punto: Pedro dudó de Jesús en un momento delicado, de tempestad en el mar. ¿Cuántas veces usted ya hizo eso? ¿Cuántas veces, al pasar por algún problema, llegó a dudar de que Él tuviera una solución y que había un motivo para todo eso?
Por un momento dudamos de Su poder, pensamos que todo no pasa de cosas naturales y que nada proviene de Él. No es verdad.
Jesús estaba allí, en altamar, sobre las aguas. Él podría parar la tempestad en cualquier momento, pero no lo hizo. Era necesario que Pedro – y los demás discípulos – pasara por esa experiencia de fe.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
En Mateo 14:29-30, las Escrituras relatan que Pedro caminó sobre las aguas para ir al encuentro de Jesús. Al principio, no dudó y caminó, pero después, dándose cuenta donde estaba, con toda la agitación del mar, comenzó a hundirse.
Es lo que sucede cuando perdemos el enfoque en Jesús a causa de los problemas. Comenzamos a mirar hacia alrededor, a cuán imposible es pasar por ese momento en la vida y le damos una apertura a la descreencia en nosotros. Es cuando los problemas se hacen mayores por nuestra propia falta de fe.
Sin embargo, lo importante es reconocer el poder de Dios a tiempo. Y fue lo que Pedro hizo: “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” Mateo 14:30-31
Jesús estará siempre dispuesto a salvar, pero eso depende de que usted se Lo pida. Pedro no fue orgulloso, podría no haberle solicitado ayuda al Señor y haberse ahogado.
No se limite. Sobrepase sus miedos y no deje de creer a causa de las circunstancias. Dios solo quiere que supere su falta de fe para vivir lo mejor que Él tiene para usted.
¿En qué fase está usted? ¿Como Pedro al principio, creyendo solamente en el Señor Jesús y mirándolo a Él, sin fijarse en lo que está alrededor, o desistiendo a causa de los problemas?
No sea un hombre o una mujer de poca fe, sino crea hasta el fin y ande sobre las aguas.
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