El Templo de Salomón de los tiempos bíblicos era un lugar en el que el pueblo buscaba el contacto con Dios. Claro que Él estaba en todas partes, pero era en el Templo, así como en el antiguo Tabernáculo, que todos focalizaban su atención en Él, separados de la vida exterior, comprometidos en aquel momento para las oraciones y expiación de los pecados. Era un lugar que inspiraba respeto y reverencia al Altísimo.
Así como en el original, el Templo de Salomón localizado en São Paulo fue levantado para restaurar no solo ese contacto directo con Dios, sino también con la finalidad de rescatar el respeto hacia la Santidad y hacia la Casa de Dios, un lugar sagrado en el que toda la reverencia es otorgada a Él. En el lugar, todos los elementos dentro y fuera del Templo tienen un propósito y un significado especial. Conozca algunos de ellos y por qué forman parte de la construcción.
El Jardín de los Olivos
El olivo tiene un fuerte sentido físico y espiritual. Conocido por su durabilidad, el hermoso árbol de tronco torcido crece incluso en suelos pobres, con poca agua. Proporciona aceitunas, madera y aceite – el aceite, que siempre tuvo un papel importante en la vida de Israel, es usado en la culinaria, como combustible para lámparas, medicamentos o como materia prima del aceite perfumado para la unción. Aunque se queme o se corte un olivo, es capaz de brotar nuevamente de sus raíces. Es símbolo de perseverancia bajo cualquier circunstancia. Por estos motivos, 12 olivos fueron importados y plantados en el jardín del Templo de Salomón.
Las palmeras
Presentes en la entrada del Templo, las palmeras son símbolo de resistencia y persistencia, del poder que se perfecciona en tiempos de debilidad, pues crecen y se desarrollan incluso en el desierto y no caen fácilmente durante vientos y tempestades. La Biblia compara a los hombres justos con las palmeras (Salmos 92:12-15). Las lámparas esparcidas por la Explanada están en postes dorados con un diseño inspirado en los troncos de las palmeras originales.
Las menorás
La menorá, un candelabro grande de oro con siete brazos, además de la utilidad de iluminar el ambiente, simboliza la presencia de Dios en el lugar. Además de eso, para mantenerla encendida, en la época del Tabernáculo y de los Templos de Jerusalén, era alimentada con aceite puro de la mejor calidad, representando la unción sobre nuestras vidas. La luz también representa la propia Biblia, los preceptos de Dios, la verdadera iluminación para la vida. El fuego era mantenido continuamente encendido por los levitas.
Las 12 piedras de las tribus
En el altar del Templo de Salomón, una fila de piedras coloridas representa las piedras preciosas que estaban en el pecho de la ropa del sumo sacerdote en los tiempos bíblicos. Eran 12 piedras simbolizando las tribus que formaban el pueblo de Israel, siendo la cornalina a Rubén, el topacio a Simeón, el carbúnculo (o rubí) para Leví, la esmeralda a Judá, la Safira a Isacar, el diamante a Zabulón, el Jacinto (u opala) a José (de la cual surgieron las tribus de Efraín y Manasés), la ágata a Benjamín, la amatista a Dan, el berilo a Neftalí, el ónix a Gad y el jaspe a Aser.
Memorial
Con recursos interactivos de última generación en diferentes itinerarios de visita, orientados por guías en varios idiomas, el Memorial enriquece bastante la visita al Templo de Salomón. En un auditorio con una capacidad para 100 personas, el lugar será sede de conferencias. Es un rescate de las historias del Templo original y del Tabernáculo, además de un recorrido que mostrará todas las etapas de la construcción del Templo de Salomón en São Paulo, mostrando toda la preocupación por el medio ambiente, desde el inicio hasta su finalización.
Las 12 columnas del edificio simbolizan las Tribus de Israel, con descripciones de cómo fueron esenciales en la formación del pueblo de Dios. En el centro, bajo la gran cúpula, hay una maqueta del Tabernáculo. Alrededor, réplicas de los artefactos usados en él y en el Templo ayudan al visitante a sentirse en los tiempos bíblicos.
El Tabernáculo
Quien visite el Templo de Salomón podrá ver también una réplica en tamaño natural del Tabernáculo, la gran tienda que era un “templo portátil” para los hebreos que anduvieron por el desierto durante 40 años hasta llegar a la Tierra Prometida. En él, el visitante podrá ver copias de los artefactos y de los muebles, como el Arca de la Alianza, la menorá y los altares, ricos en detalles conforme a la descripción bíblica, que ayudarán a entender cómo el pueblo oraba a Dios en aquella época, hasta un día tener su propio reino y el Templo de Salomón, la Casa de Dios, en carácter fijo.
Incluso después de la construcción del Templo de Salomón, el Tabernáculo continuó teniendo un fuerte sentido espiritual para los israelitas. Tanto por ser un símbolo de adoración a Dios como también de la persistencia en los tiempos difíciles del desierto, sin la cual no llegarían a su objetivo.
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