Administrar significa dirigir, tratar. Muchos conocen el concepto, pero aplicarlo requiere mucho más que comprenderlo. Muchas veces podemos encontrarnos con problemas relacionados al perfil de las personas que nos rodean. ¿Quién nunca se topó con personas “difíciles”?
Para el empresario, la forma en la que lidia con personas que poseen un temperamento complicado puede ser la diferencia entre el fracaso y el éxito.
El primer consejo para superar el problemas es conocer a los compañeros de trabajo y sus características, para eso, hay algunos perfiles a tener en cuenta:
· El “sabelotodo” es el que no se somete a las órdenes de sus superiores, desestima la opinión de sus compañeros y cree que sus conocimientos están por encima de los que poseen los demás.
· El “quejoso” vive insatisfecho con todo y todos. Nada es lo suficientemente bueno para él. Las condiciones laborales nunca son satisfactorias, el salario no es suficiente, el exceso o falta de tareas son siempre blanco de reclamos.
· El “grosero” no conoce expresiones de gentileza. Cuando se dirige a otro, siempre lanza una crítica o resalta su falta de habilidad.
· El “chismoso” no conoce lo que son la discreción y los secretos. En general, sabe todos los detalles de la vida de sus compañeros y es ágil para esparcir comentarios comprometedores.
Un buen ejemplo
Moisés es un buen ejemplo de cómo lidiar con todos los tipos de temperamentos, sean enemigos, compañeros de trabajo o amigos más cercanos. Durante su trayectoria para liberar a los judíos del yugo del faraón y conducirlos hasta la Tierra Prometido, él, con certeza, conoció personas que encajaban con los perfiles mencionados. En su jornada de 40 años en el desierto, tuvo que lidiar con impacientes, quejosos, groseros, chismosos y hasta con quienes creían tener la solución para llegar a Canaán.
Pero Moisés trató a todos con respeto y atención. El empresario debe ser claro y objetivo en sus determinaciones, además de concentrarse en sus responsabilidades, como el líder hebreo.
Moisés adquirió la habilidad de tratar con el otro a través de la dirección que tenía de Dios. Aplicaba ese concepto en su día a día y comprendía que para cumplir su misión necesitaba lidiar con personas, amigas o no, con diferentes temperamentos.
Busque su alianza con Dios y, a través de la lectura de la Biblia, camine rumbo al éxito.
Es posible revertir cualquier situación
Una enfermedad terminal hizo que Mónica Cruces buscara ayuda de inmediato. Al sacrificar en el Altar fue sanada, conquistó una familia, su casa y abrió, junto con su esposo, su propio negocio.
“Tenía problemas espirituales y enfermedades. Me casé, pero fue un fracaso, había infidelidad y peleas. Esto me llevó a la marihuana, al alcohol y la noche, así perdí la tenencia de mis dos hijos. Al tiempo me detectaron cáncer de útero, era el fin.
Busqué a los espíritus, sin embargo, mi vida empeoró, no me curé. Por el contrario, uno de mis hijos se enfermó de cáncer de piel y el otro comenzó a drogarse.
Llegué a la Universal cuando me quedaban seis meses de vida, usé mi fe y Dios me curó del cáncer, de la epilepsia, me liberé de las drogas, mis hijos se sanaron, conocí a un hombre de Dios y tuvimos dos hijos, a pesar de que había una chance en mil de quedar embarazada. Incluso tenemos nuestra casa y nuestro negocio. Somos realmente felices”.
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