Martín Lozano llegó a la Universal por medio de sus padres porque tenía serios problemas de origen espiritual y necesitaba ayuda. A través de las reuniones y de la Hoguera Santa encontró la solución para tener una vida normal, pues desde que era chico tenía ataques y no lograba controlarse. Solo cuando recurrió a Dios logró ser libre de ese tormento
“Recuerdo que salía corriendo cada vez que veía un auto fúnebre. Cuando alguna persona cercana fallecía, me sentía culpable, le tenía miedo a la muerte y tenía mucho miedo de que alguien se apareciera, por lo cual dormía completamente tapado”, cuenta.
En ese entonces sus padres buscaban ayuda en los espíritus, en una ocasión en particular le dieron a beber un preparado especial y a partir de ahí comenzaron los trastornos espirituales. Tenían problemas económicos también, por lo cual comenzaron a participar de las reuniones de la iglesia. “Nos liberamos de los problemas, hubo cambios, pero después nos apartamos y al tiempo todo empeoró”.
Él quería ayudar a sus padres, sin embargo, sufrió un accidente de tránsito y decidió regresar a buscar a Dios. “Hice las cadenas y me liberé de los problemas espirituales y económicamente la situación cambió. El secreto fue usar la fe de manera inteligente y no abandonar a Dios”, afirma.
Él concurre a la Universal de Pompeya ubicada en Av. Sáenz 864.
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