La inauguración del Templo de Salomón no pasó desapercibida. Políticos, representantes de la comunidad judía y diversas autoridades estuvieron presentes durante la ceremonia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se sentó en la primera fila, junto al obispo Macedo y a su esposa, Ester Bezerra, desde donde acompañó todos los detalles del evento. El vicepresidente de la República, Michel Temer, el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alckmin, y el intendente, Fernando Haddad, también tuvieron lugares destacados durante la inauguración.
Las autoridades destacaron la grandiosidad del Templo de Salomón y no escatimaron elogios hacia la obra y la organización del evento inaugural.
Durante la proyección realizada en la fachada del Templo se entonaron las estrofas del himno de Israel, el “Hatikva” (La Esperanza). Los judíos que estaban presentes en la ceremonia lo cantaron y se emocionaron.
La comunidad judía destacó la importancia del Templo de Salomón como un lugar que contribuirá en la reducción del antisemitismo. Yoel Barnea, argentino y cónsul de Israel en San Pablo, resaltó la importancia del lugar y el apoyo de la Universal: “El apoyo que el mundo evangélico le ha dado al Estado de Israel es muy importante para nosotros. Para mí, es un honor y un placer estar aquí”.
La invitada de honor
Alrededor de las 19, llegó la invitada más esperada de la noche, saludada y aplaudida por todos, incluso por los pasajeros de los colectivos que pasaban en aquel momento y los vecinos de los edificios cercanos. Era el Arca de la Alianza. Pasó por la extensa alfombra roja, transportada desde la Universal de Bras hasta el Altar del Templo con la ayuda de cuatro obispos y dos pastores seleccionados especialmente para la ocasión (obispos João Leite, Fernando Vassoler, André Esteves, Odivan Pagnocelli y pastores Carlos Cucato y Rodrigo Botelho).
El gran baúl dorado es una réplica del utilizado en tiempos bíblicos, que contenía tres artículos de suma importancia para el pueblo de Israel: las tablas de los diez mandamientos, la vara da Aarón y un recipiente que guardaba un poco del maná que alimentó al pueblo durante la peregrinación por el desierto de Egipto.
En el evento, la entrada del Arca al Templo simbolizó la entrada del propio Dios.
La reunión
El obispo Domingos Siqueira, el maestro de ceremonia, agradeció la presencia de los invitados y explicó cómo sería la noche. También resaltó que la gloria de aquel evento eran los millones de vidas transformadas por Dios con la ayuda de la Universal: “Estamos en este lugar magnífico, pero de nada nos serviría esta casa si Dios no se manifestase, si las personas afligidas continúan de la misma forma. La fe llevada por la Universal no es religiosa ni abstracta, sino una fe práctica que hace que el afligido sea socorrido, el enfermo, curado, y el viciado, libre.
Luego fue el turno del obispo Macedo, quien agradeció la presencia de todos y habló sobre el crecimiento de la Universal.
Después de hablar sobre el privilegio de conocer al Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, el obispo afirmó que esa certeza que posee es lo que desea que todos tengan. Los casi 10 mil presentes escucharon atentamente sus palabras y su última oración, en la que pidió a Dios que aliviara los dolores y sufrimientos de cada uno que estuvo allí: “Te pido, Dios mío, dame las palabras correctas para las personas correctas, pero, por favor, mi Señor, no permita que nadie salga de aquí de la misma forma en la que entró, porque esta fiesta no tendría razón de ser si las personas vuelven a sus hogares con los mismos pensamientos y el mismo corazón”.
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