Días atrás, Jaycee Chan, hijo del famoso actor chino Jackie Chan, fue detenido por consumo y posesión de drogas en Pekín, mientras su padre había sido el embajador de la campaña #TurnBackCrime, un movimiento de INTERPOL contra las drogas.
Jaycee estaba acompañado del actor taiwanés Kai Ko, quien también había protagonizado recientemente una campaña antidrogas. Ambos se enfrentan a varios cargos, como “alojar a consumidores de estupefacientes”, un delito que, según la ley china, puede condenarse hasta con tres años de prisión.
Las fuerzas de seguridad incautaron más de 100 gramos de marihuana en el domicilio de Chan, y por haberse realizado la operación policial en su hogar, el hijo de Jackie Chan afronta cargos más graves que Kai Ko. Ambos dieron positivo en el test de drogas. Para ayudar a su hijo, Jackie Chan ha viajado a Pekín.
Problemas familiares
La falta de comunicación en el hogar es uno de los desencadenantes de las adicciones. Muchos confiesan que la separación de sus padres o la mala relación que tenían con ellos fue lo que provocó un acercamiento a los vicios, sin embargo, hay muchos otros causantes de las adicciones.
Una vida marcada por los vicios
Pastor John: “Crecí en una familia en la que, por parte de mi madre, eran todos traficantes. Mis hermanas y primas eran prostitutas, y mis hermanos y primos eran drogadictos. Desde pequeño le tenía pánico al vicio, porque había destruido a mi familia.
En el colegio, por curiosidad, probé la marihuana sin saber que me llevaría a un infierno que duró once años. Fui vendedor de pasta base, pero también caí en ella. En un principio sustentaba el vicio con lo que vendía, pero cada vez aumentaba mi consumo, robaba en casa y luego vivía en la calle donde todo los días consumía todo tipo de drogas. Consumí marihuana, hachís, pasta base, alucinógenos, medicamentos y lo que colmó el vaso fue el crack, llegué al punto de no medir las consecuencias de lo que hacía. Perdía la noción del tiempo y de quien era.
Así me involucré más y más con las drogas y las malas amistades, al punto de consumir con mi propia madre. El crack mató a mi mamá, yo la vi muriéndose en una cama, tenía cáncer, era piel y hueso por culpa del crack.
Teniendo dinero en el bolsillo al tener hambre escarbaba en la basura y comía lo que encontraba, no quería gastar el dinero que tenía porque era exclusivo para las drogas.
Mi hermano menor recibió siete balazos, estuvo preso desde los 12 años hasta que fue mayor de edad. Cuando salió de la cárcel siguió con esa vida, hasta que por una deuda por drogas lo mataron, fue picado en pedazos y echado a un río.
Toda mi familia se fue deteriorando de a poco. Mi hermana mayor asesinó a su esposo de tres puñaladas en el corazón porque él tenía dinero y ella había conseguido un amante con el que consumía drogas. Hoy está en la cárcel, pagando una condena de 48 años por aquel crimen. Mis primos se volvieron locos por una sobredosis.
Toda mi familia estuvo involucrada en las drogas. Mi tía, que fue la primera en consumir, llegó a ser llamada “La reina de la coca” en mi ciudad. Hoy está presa.
En ciertos momentos toda la familia, unas 25 personas, se reunía en una casa a consumir drogas. Cuando se acababa, empezábamos a agredirnos, al punto que mi hermano quiso matar a mi madre porque ella le debía una dosis de droga que él le había prestado la noche anterior.
Intenté abandonar esa vida buscando ayuda en centros de rehabilitación, pero fueron intentos fallidos. Cambié de ciudad varias veces pero era siempre lo mismo, lograba abstenerme como mucho quince días y recaía de peor manera. Me expulsaron de tres ciudades por ser un R.R. (ratero reconocido). Me dieron 24 horas para salir y dos veces atentaron contra mi vida: fui secuestrado pero pude huir y también me dispararon doce veces, pero ninguna bala me alcanzó.
En ese tiempo pensaba en un robo muy grande para poder dejarle una casa a mis hijos, pues sabía que en cualquier asalto moriría de un balazo, como le sucedió a muchos compañeros de andanzas.
Yo fui el primero en llegar a la iglesia por la invitación de un familiar, confieso que en un principio no me gustó pero el hombre de Dios me dijo algo que me llamó la atención, me propuso un desafío. Me dijo que participara un mes sin fallar, si no había un cambio en mí, entonces que no volviera.
Empecé mi proceso de liberación, que no fue nada fácil, pero con obediencia y perseverancia lo logré. Hace 17 años que estoy libre de los vicios y de la delincuencia gracias a Dios.
Hoy, mi hermano, que consumía marihuana desde los 5 años, no consume más; mi hermana mayor, que está presa, es cristiana en la cárcel; mi hermana menor, que era prostituta, ya no lo es más, está casada y tiene un hijo. Al principio se burlaban de mí, pero yo seguí firme en la fe y todos mis familiares que quedaron con vida dejaron los vicios y el tráfico.
Me gustaría invitarlo a usted, que tiene un familiar adicto, no solamente a una droga, sino a la pornografía, a la internet, a los juegos de azar, a participar todos los domingos a las 15 de una reunión, porque vine a Argentina para curarlo a usted y a sus familiares de las adicciones con la autoridad que tengo en el nombre del Señor Jesús”.
Sea libre de los vicios, participe de una reunión este domingo a las 15hs, en Av. Corrientes 4070 – Almagro.