Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3
Quien sabe usar el Poder de Pedir no pide egoístamente. Muchas oraciones son egoístas. Usted puede pedir algo indicado, que es de la voluntad de Dios que usted lo tenga, pero que el motivo de la oración sea totalmente incorrecto. Y así la oración no pasa del techo. El verdadero objetivo de una oración es que Dios sea glorificado con la respuesta. Si nosotros pedimos algo solo para disfrutarlo en nuestros propios placeres, pedimos mal y, por lo tanto, no debemos esperar una respuesta. Esto explica por qué muchas oraciones no son respondidas.
Por ejemplo, una esposa ora por la conversión de su esposo. Con certeza ese pedido es excelente. Pero muchas esposas tienen un motivo egoísta en esta oración. Ella quiere que su marido se convierta para que sea un marido más agradable en la convivencia. La oración es completamente egoísta. ¿Por qué una esposa debe desear la conversión de su marido? Por sobre todo, para que Dios sea glorificado; porque ella no acepta ni siquiera el pensamiento de que él no ha honrado a Dios con su vida, sino que en vez de esto, está desperdiciando su alma al servicio del mundo y del diablo.
Muchos pastores oran para que multitudes de personas vengan a la iglesia. Ese pedido es bueno, y es de acuerdo a la voluntad de Dios. Solo que muchas veces esa oración es egoísta. Si el deseo es que el número de miembros crezca, que su iglesia sea reconocida en su barrio, que su iglesia tenga más ofrendas, o quiere impresionar a sus líderes, entonces él no debe esperar una respuesta de Dios para aquella oración. ¿Por qué debemos orar para que las personas vengan a la iglesia? Para la gloria de Dios, porque no soportamos la idea de que millones de almas se están perdiendo; porque la Palabra de Dios ha sido anulada por la incredulidad de las personas en el mundo. Ese debe ser el motivo de aquel pedido.
Muchos que piden el Espíritu Santo también han sido egoístas. Oran para recibir el Espíritu Santo para ser felices, o para escapar de una vida derrotada, o para tener poder en el trabajo cristiano con la finalidad de llamar la atención para sí mismos, u otro motivo completamente egoísta. ¿Por qué debemos orar para recibir el Espíritu Santo? Para que Dios no sea más avergonzado por nuestro débil testimonio cristiano; para que todos los que nos observan vean a Dios en nosotros; para que nuestro servicio para Él sea eficaz.
Por lo tanto, antes de pedir algo a Dios, pregúntese a sí mismo: ¿Qué es lo que Dios ganará con la respuesta de mi oración? ¿Cuál será el beneficio para Él? Entonces ajuste sus razones de acuerdo con la respuesta.
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