Darío: “Yo participé de la Hoguera Santa del Templo de Salomón porque tenía graves problemas económicos, no llegaba a fin de mes. Trabajaba y trabajaba y la plata no rendía. Mi idea, mi proyecto era comprar un auto para comenzar un pequeño negocio en casa y tener una remisería, un pequeño negocio. Hice mi sacrificio y Dios me respondió. Hoy tengo mi propia agencia de remis, la compré sin condiciones.
El dueño me había pedido un anticipo de $ 200.000 en un principio, yo no contaba con esa suma, pero gracias a Dios se terminó cerrando en $ 20.000. Hoy tengo doce autos trabajando para mí, cuatro son propios. Dios me dio mucho más de lo que esperaba”.
Silvia: “Participé de la Hoguera Santa del Templo de Salomón porque tenía un embarazo de alto riesgo, los médicos me habían dicho que el bebé no iba a crecer bien, que había posibilidades de interrumpir el embarazo ya que tenía un problema en la cadera que iba a impedir que él tenga una buena formación. También tenía un hematoma que era mucho más grande que el bebé en ese momento.
El pronóstico era negativo, pero aun así creí en lo que Dios estaba hablando, en Su profecía y creí que lo extraordinario iba a suceder en mi vida. Sacrificamos, luché, coloqué todo de mi parte porque quería que lo extraordinario sucediera y así fue. Me hice un estudio que dice que las caderas están bien, están normales. El hematoma desapareció. Hoy puedo decir que tengo un embarazo saludable. No tengo más pérdidas, no tengo más dolor en las caderas. Como creí, así sucedió, lo extraordinario sucedió en mi vida”.
Gustavo: “Participé de la Hoguera Santa del Templo de Salomón porque teníamos un proyecto familiar, estábamos trabajando y de la noche a la mañana sufrimos un asalto. Nos sacaron todo, los ahorros que teníamos, el proyecto, hasta las ganas de trabajar. Cuando vino la Hoguera Santa del Templo de Salomón, hicimos nuestro sacrificio y Dios nos respondió.
Pudimos concretar el negocio que queríamos, tenemos un negocio en la provincia, vendemos revoques plásticos y distribuimos materiales de construcción. Nosotros trabajamos en Buenos Aires y las puertas se abrieron de manera muy grande. Volví a conquistar el auto que queríamos, que deseábamos. Fuimos muy bendecidos y estamos muy felices, gracias a Dios recuperamos nuevamente la sonrisa”.
Verónica: “A mi hijo le diagnosticaron leucemia crónica, yo tuve la oportunidad de participar al poco tiempo de la Hoguera Santa del Templo de Salomón y coloqué toda mi fuerza porque sabía que Dios iba a hacer lo extraordinario en la vida de mi hijo. Fui al altar, coloqué mi sacrificio y hoy él está sano, libre de la leucemia. Le hicimos nuevos estudios y todo salió bien, todo gracias al Señor. Lo extraordinario sucedió en nuestras vidas”
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