Para muchos hombres, casarse en sinónimo de prisión. Poder salir cuando quiere, volver a la hora que lo desee y gastar su dinero sin darle explicaciones a nadie son cosas que algunos hombres alegan como ventajas de estar soltero. Esos hombres no están dispuestos a asumir las responsabilidades del matrimonio y actúan como solteros, dejando insatisfechas a sus esposas.
Para el escritor Renato Cardoso, cuando un hombre inteligente se casa, no actúa como soltero. “Él deja a su familia de origen y forma una nueva familia con su esposa. No es más de estar saliendo con sus amigos y dejando a su esposa en casa. No piensa solo en sí mismo, porque ahora tiene a una esposa que cuidar. Su matrimonio siempre viene en primer lugar”, afirma.
Ese miedo al compromiso proviene de lecciones equivocadas y del miedo a que su identidad de hombre sea afectada. La psicóloga Debora Cristina de Macedo afirma que los hombres priorizan su espacio. “Ellos tienen miedo a que ese espacio sea invadido y a perder su identidad, tienen miedo a no ser reconocidos y reafirmados por el sexo opuesto y admitir sus vulnerabilidades”, explica.
El microempresario João Francisco de Cunha, de 61 años, se casó con Ana Lúcia, de 44 años, pero no renunciaba a los fines de semana que pasaba lejos de su casa. “Salía todos los fines de semana, a veces salía directamente desde el trabajo el viernes y volvía el domingo a la noche. Gastaba mucho dinero con las farras y contraje deudas”, recuerda Francisco. Ana Lúcia cuenta que, después de un mes de casados, él comenzó a actuar así. “Cierta vez, pasé la noche despierta, pues pensé que le había sucedido algo grave. Cuando él llegaba, quería decirle todo lo que pensaba, pero no discutía. Yo actuaba para que él se sintiera como en casa”, relata.
La actitud tranquila de Ana Lúcia hizo que João Francisco reflexionase sobre su conducta. Pero, más allá de la ayuda de su esposa, también frecuentó conferencias en la Universal sobre cómo actuar dentro del matrimonio. “Poco a poco fui cambiando mi comportamiento. Hoy, cuando voy a divertirme, lo hago junto a ella. Vamos a todas partes juntos. Incluso la ayudo a lavar los platos de vez en cuando”, bromea.
Pero, aunque la esposa no tome esa posición, el hombre necesita cambiar su postura como marido y padre. Muchos actúan como solteros y priorizan a otras personas. Por otra parte, el hombre inteligente entiende que su esposa es su mejor amiga y que ella forma parte del equipo. Y, actuando así, tanto el hombre como toda la familia solo ganan.
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