Muchas personas se amedrentan con la idea de su propia muerte. No les gusta pensar en aquel “tan temido día” – aun sabiendo que es algo inevitable y que puede suceder en cualquier momento.
Para que se tenga una idea, recientemente, el humorista Carlos Alberto de Nóbrega, de 78 años, empezó a realizar actividades físicas después que descubrió una arritmia maligna en su corazón. “Tengo miedo de morirme. Tengo dos hijos pequeños. Ante cualquier cosa que siento, me acuesto en la cama y digo: ‘Jesús, no puedo morir’”, declaró.
Sin embargo, esta afirmación nos lleva a una reflexión: ¿por qué las personas le tienen miedo a la muerte?
Esta inseguridad, en realidad, está en las dudas en relación a lo que sucederá después. “¿Cómo quedarán mis hijos?”, “¿Valió la pena lo que hice en vida?”, “¿Qué sucederá?” Hasta que todos los pensamientos se conviertan solamente en uno: “¿Voy a dejar de existir?”.
La vida eterna
No obstante, el Señor Jesús vino como una respuesta para todas esas incertidumbres. “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:10)
Cuando Él Se refiere a traer vida, hace también una referencia a lo que sucederá después de ella. Y es esta la certeza de aquel que se bautizó en las aguas y aceptó al Señor Jesús: la Salvación para la vida eterna, conquistada a través del sacrificio que Él hizo por cada uno de nosotros en la cruz.
Si usted quiere saber cómo puede conquistar una vida plena y la Salvación de su alma, visite este miércoles una Universal más cercana a su domicilio. Acceda a: www.universal.org.ar/direcciones/
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