Arqueólogos encontraron restos de una ciudad cananea desconocida bajo las ruinas de otra cuidad, Gézer, en Israel. En las excavaciones, fueron encontrados objetos de diferentes pueblos que dominaron el lugar en diferentes épocas, como un amuleto egipcio del tiempo del faraón Amenhotep III (abuelo de Tutankamón) y vasijas de cerámica de los filisteos y de los sirios.
La práctica de construir nuevas ciudades sobre las anteriores, era muy común en los tiempos bíblicos. Gézer y las anteriormente ciudades situadas en el mismo lugar eran frecuentemente disputadas por su posición estratégica, en el cruce de importantes vías comerciales de la Antigüedad, como la Vía Maris (Camino del Mar, en latín), que conducían a lugares como Siria, Anatolia (en la actual Turquía), Egipto y Mesopotamia.
Aunque el nombre de la ciudad bajo Gézer no haya sido confirmado, los objetos encontrados indican que fueron de la época de Canaán, como era conocida la Tierra Santa antes de la llegada de los judíos a la Tierra Prometida, después del cautiverio en Egipto.
Gézer era una importante ciudad de la Edad de Bronce, que recibía a muchos mercaderes. Era una de las más modernas de la época, con grandes galerías para la conducción del agua. La ciudad fue regalada por un faraón al rey Salomón (ilustración arriba) cuando este se casó con una princesa egipcia. Los restos de la misteriosa ciudad cananea indican que la misma fue incendiada y usada como base para lo que vendría a ser Gézer.
Cuando las rutas comerciales cambiaron, siglos más tarde, durante el período romano, Gézer perdió su importancia. Posteriormente, fue saqueada y destruida, y nunca más fue habitada.
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