Hijos, hijos e hijos… cuando son pequeños hacemos de todo para que crezcan: los alimentamos, los educamos, los disciplinamos, en fin, queremos verlos crecer sanos y en la dirección correcta.
En lo que nos engañamos es en que un día vamos a “descansar” de cuidarlos. Por más que crezcan ellos jamás dejarán de ser hijos…
Ellos hacen de todo para ser independientes (lo que es muy bueno), pero ese vínculo jamás se romperá.
Cuando yo era niña me vestía con la ropa y los zapatos de mi madre, queriendo ser “una persona grande”, quería aprender a cocinar, soñaba con ser profesora y si podía me aumentaba la edad 20 veces.
Por más que quiera ser adulta, para mis padres siempre seré su hijita… ¿puede creerlo? Yo lo creo, ¡pues soy así con los míos!
[related_posts limit=”9″]