Todo adicto que desea recuperarse ansía una oportunidad de empezar de nuevo. Quiere dejar su pasado atrás y tener la posibilidad de rehacer su vida, corregir los errores que cometió en el pasado y, por supuesto, no volver a cometerlos.
Para ayudar a las personas a ser libres de las adicciones, la Universal realiza la reunión de la Cura de los Vicios todos los domingos a las 15 h. En este encuentro, el pastor John, un exadicto, enseña qué hacer para dejar atrás las adicciones de todo tipo, desde el cigarrillo, el alcohol y las drogas hasta la internet, el juego y la pornografía.
Algunos domingos atrás, el pastor explicó que dejar los vicios es solamente el comienzo del camino. Para alcanzar la verdadera felicidad se necesita una entrega real al Señor Jesús, aceptando Su Palabra y reconociendo que Él es el Único Señor y Salvador. Y para plasmar eso, nada mejor que el bautismo en las aguas.
Así fue que varias decenas de personas decidieron dar un paso más en el camino a una nueva vida y se bautizaron en las aguas, arrepentidas de sus pecados y con la más absoluta convicción de que habían entregado sus vidas en las manos de Dios.
Si usted no puede vencer una adicción, o tiene un ser querido que se encuentra atrapado en los vicios, lo invitamos a participar de esta reunión que se realiza todos los domingos a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro, para que pueda comenzar a vivir una vida de paz y felicidad.
“Lo único que me importaba era drogarme”
Karina define su pasado como un “desastre”: “Era una persona agresiva, mala, a la que le daba lo mismo estar limpia o sucia, a la que el dinero le servía solamente para ir a jugar, fumar y consumir drogas, incluso teniendo familia”, cuenta.
Mientras ella salía a bailar y a drogarse, Andrés, su esposo se quedaba en casa: “Me enojaba, estaba indignado, yo tenía que trabajar porque teníamos una hija de un año y medio que mantener. Sentía mucha impotencia porque si me quejaba provocaba agresiones y perjudicaba a nuestra hija”.
A Karina no le importaba nada, solamente quería satisfacer su necesidad de drogarse. Llegaron al punto de agredirse físicamente, estaban en una situación sin retorno. Alquilaban y estaban a punto de quedarse en la calle.
El dinero que él cobraba al trabajar, ella lo usaba para drogarse. “Era lo único que teníamos para comer y lo usaba para comprar más droga, vendía cosas de mi casa para seguir comprando drogas. No puedo explicarlo, pero a pesar de todo eso no podía dejar de consumir”, confiesa.
Por más que él intentaba ayudarla, no podía. La solución llegó cuando conocieron la Universal. “Llegamos un viernes, participamos de la reunión y nos dijeron que teníamos que perseverar. En otra reunión decidí dejar los vicios, rompí los cigarrillos que tenía en el bolsillo y desde ese día no volví a consumir ninguna droga, ni alcohol, ni cigarrillos. Gracias a Dios soy libre de los vicios”, afirma feliz junto a su esposo.
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