Usted “tiene la garantía”, ¿no es cierto? Y, desde lo alto de esa “certeza”, ve a aquellos “pobrecitos” que no tendrán el mismo destino que usted.
A menudo tendemos a ver personas que llevan una vida desenfrenada y alejadas de Dios como “perdidas”. Por más que eso tenga sentido, muchos que piensan que están en el camino correcto pueden tener el mismo destino que ellas.
Pequeñas o grandes distracciones en nuestras vidas, estemos buscando una vida bajo el comando de Dios o no, pueden desviarnos de lo que Él reservó para nosotros. Y nada anima más al diablo y a sus fuerzas malignas que conquistar a uno a más para la perdición.
Vea a continuación, siete actitudes y pensamientos que pueden llevarlo al sufrimiento eterno, por más “normales” e “inocentes” que parezcan (y vea que, para cada uno de ellos, existe una solución):
El principio básico del pecado no es simplemente cometer algo inmoral, sino es desviarlo de Dios, alejarlo de Él.
Por más que parezca que algo “no hará ningún daño” y que aparente solo sea la satisfacción de un deseo momentáneo, tiene consecuencias en esta y en la otra vida prometida por Dios y por el Señor Jesús.
“Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” (Génesis 4:7).
Entre tantas cosas permitidas, Adán y Eva decidieron enfocarse en la única cosa que estaba prohibida.
El resultado: perdieron el derecho a todo lo bueno que Dios les había dado.
Y nosotros persistimos en este error todas las veces que también lo desobedecemos.
¿Usted ya se detuvo a pensar que el desobedecer a Dios es entregarse oficialmente al diablo?
“El que ama la disputa, ama la transgresión; y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.” (Proverbios 17:19).
- 3-Reciba malas influencias:
Mucha gente buena comienza a andar con personas que la llevan a los vicios, a la prostitución, a la delincuencia y al sufrimiento eterno.
Y no solo las personas son malas influencias, hablando directamente. Tenga cuidado también, con lo que, todos los días, los medios ponen en su mente, como si la misma fuese un objeto que no tiene el poder de elegir lo que en ella ingresa: un cesto de basura.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado…” (Salmos 1.1)
Existen personas a las que simplemente no les interesa en lo más mínimo una vida bajo el gobierno de Dios.
Pero están también, aquellos que estaban en Sus caminos, pero desistieron por las dificultades que se presentaron o porque su dedicación no fue suficiente. Son los desviados.
La perseverancia es más que una simple palabra.
“Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” (Mateo 24:13).
Es muy fácil tener la apariencia de “creyente”, lo que es muy diferente a ser un cristiano. Quien cree que pertenecer a una iglesia y cumplir los rituales al pie de la letra ya garantiza su lugar en el Cielo, está equivocado.
No se engañe: una cosa es estar en una iglesia, otra es tener un verdadero compromiso con Dios.
“Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quitará…” (Juan 15:1-2)
- 6-Sea supersticioso:
Simpatice o recurra a los hechizos. Haga oraciones “eficaces” a los “santos”.
Base su fe en las cosas que dan una falsa sensación de seguridad por un lado, mientras su vida puede estar siendo amenazada de una forma mucho más grande por el otro, siéntase “protegido”, sin estarlo realmente.
“Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra del Señor, Él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:23).
Muchos en su presunción, creen que pueden alcanzar el Cielo por cuenta propia. Los “Autosuficientes” se basan en su conducta y nada más. Llegan incluso a creer en otros intermediarios entre ellos y Dios, como si tomasen un atajo para la Vida Eterna.
Sin embargo, la Biblia es bien clara cuando se refiere al camino correcto:
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en Su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” (1 Juan 5:11-13).
En el caso que quiera aprender más sobre este tema, participe, todos los miércoles, en la Noche de la Salvación, en una Universal cercana a su domicilio. Encuentre la dirección entrando en: www.universal.org/direcciones.
[related_posts limit=”7″]