Cuando estamos con la mente volcada hacia Dios, estamos en sintonía con Él y sabemos cuál es Su dirección para nuestra vida, pues Él nos guía. Estamos viviendo tiempos difíciles, y necesitamos estar de pie para escuchar la voz de Dios. Mediten sobre eso leyendo Ezequiel 2:1-2.
En muchas situaciones del día a día, somos muy impacientes. Sin embargo, con las promesas de Dios no hay otra forma, tenemos que esperar su cumplimiento. Lo que prevalece es el tiempo de Dios en nuestra cronología, y no nuestro tiempo en la cronología de Dios. Tenemos que tener paciencia con sus promesas.
En la vida sentimental, es muy común que las personas se apresuren en su elección. Muchos han fracasado porque no saben esperar a la persona indicada, en el momento indicado.
Siguiendo este razonamiento, lean el Salmo 40, principalmente del versículo 1 al 5.
Dios los bendiga
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