Las autoridades sanitarias y los padres se encuentran alarmados por una nueva moda que se da entre los adolescentes, la de mezclar bebidas alcohólicas con otras sustancias que producen efectos similares. En esta oportunidad, tres jóvenes tuvieron que ser internados en Rosario debido a una intoxicación con líquido de frenos.
Según el diario La Capital, los adolescentes que tuvieron que ser internados tenían entre 19 y 21 años. “La verdad es que ya no saben qué probar. Ya atendimos dos o tres casos a partir de que nos llamaron de los boliches”, confirmó el director médico de Emerger, Alberto Davidovich. Los profesionales, dijo, supieron del uso de esta sustancia porque los mismos jóvenes afectados lo revelaron.
Los especialistas advierten que en la búsqueda de nuevas sensaciones los chicos adoptan una conducta psicótica por el daño que se producen a sí mismos. La mezcla afecta el sistema nervioso central, produce secuelas a nivel renal y puede comportarse como una borrachera severa y confundirse con un cuadro neurológico de origen tóxico.
El principal componente es el etilenglicol, un químico inodoro, incoloro y con sabor dulce que se encuentra, además, en anticongelantes y detergentes y que es muy nocivo para la salud.
“Los vicios me tenían atrapado”
Manuel Padilla se sentía rechazado por su familia, era infeliz y debido al vacío que sentía en su interior se refugió en los vicios. Con tan solo 12 años consumía alcohol, cigarrillos y todo tipo de drogas: marihuana, cocaína, pastillas y fana.
Los problemas en su casa aumentaban, no se llevaba bien con sus padres ni con sus hermanos. “Pasaba noches en la calle y volvía a casa cada vez peor. Pensaba que nadie me quería, que solo me odiaban y encontraba una supuesta felicidad en las drogas”, cuenta Manuel.
Él llegó a delinquir para mantener sus vicios y dos años después vivió el peor momento de su vida, llegando a intentar suicidarse colgándose con una cuerda. En esos momentos, un amigo lo invitó a participar de las reuniones de la Universal, después conoció la FJU de Santiago del Estero y de ahí en adelante comenzó un proceso de cambios.
“Lo que más me llamó la atención fue la manera en que me cuidaron. En la FJU encontré amigos, paz y lo principal, la presencia de Dios. Hoy tengo 18 años y estoy libre de todos los vicios, tengo ganas de vivir y de ayudar a otros jóvenes”.
Sea libre de los vicios, participe de una reunión este domingo a las 15hs, en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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