Esta es una clásica regla de la economía: los objetos valen de acuerdo a la necesidad que tenemos de los mismos. Darle valor a las cosas es algo que el ser humano hace naturalmente para establecer prioridades en su vida. Si bien algo puede ser un desperdicio y tener poca o ninguna utilidad para algunos, para otros puede ser vital y motivo de sacrificio. Algunas personas, sin embargo, valoran las cosas que traen mucho más daños irreparables de los que los supuestos beneficios. Ellos arriesgan todo por algo que no vale nada. El caso del estadounidense Walter Earl Morrison, ex empleado de la empresa de entregas UPS, muestra que muchos no saben dar el debido valor a aquello que debería tener importancia en sus vidas.
Walter estaba trabajando y decidió robar un paquete en el cual creía que existía dinero durante la descarga de un avión en el aeropuerto Sky Harbor, de Phoenix, en el Estado de Arizona. El empleado escondió el paquete debajo de su camisa, pero después se dio cuenta que, en vez de dinero, el envoltorio contenía un diamante. El muchacho decidió negociar la valiosa piedra, evaluada en US$ 160 mil dólares, por un poco de marihuana, que costó cerca de US$ 20 y fue arrestado tan pronto como la desaparición del diamante se conoció.
La joya robada fue recuperada y entregada al cliente, según un portavoz de la UPS y el empleado fue despedido, detenido y trasladado a la cárcel del condado de Maricopa.
Su actitud demostró que él no supo darle ningún valor a la vida, al empleo que tenía, ni a la libertad, Su incapacidad para evaluar fue tan grande que él no supo valorar ni el diamante que había robado. Todo a causa de un poco de marihuana. Por más absurdo que esto parezca, muchas personas también han tenido la misma actitud que Walter, aunque en situaciones diferentes. Cuando alguien valora más un caso extraconyugal que la relación con la persona con la que se asumió un compromiso ante familiares y amigos, ¿esta actitud no se parece al intercambio del diamante por la marihuana?
Cuando cambiamos el consejo de familiares, que nos advierten sobre aquello que estamos haciendo mal, por consejos de supuestos amigos que quieren convencernos de hacer algo prohibido y peligroso, ¿No sería tener una actitud tan irresponsable como la de éste hombre que cambió su vida por un poco de droga?
Valorar lo que es perjudicial puede no tener como resultado la pérdida del empleo o el ser arrestado, pero puede causar daños que persistirán durante toda la vida.
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